Los helicópteros que participaron de la operación de 2011 contra el líder terrorista Osama bin Laden evitaron por poco ser alcanzados por la Fuerza Aérea Pakistaní, que persiguió y atacó al menos a uno de ellos. El entonces piloto jefe, Douglas Englen, ha revelado por primera vez este y otros detalles de aquella misión de las fuerzas especiales de EE.UU., en declaraciones a la revista Military Times.
Según la versión de Englen, quien había planificado los componentes aéreos del operativo, uno de los dos helicópteros Sikorsky UH-60 Black Hawk enviados a la casa del líder de Al Qaeda en la ciudad pakistaní de Abbottabad se estrelló en el primer minuto del operativo. Precisamente el accidente ocurrió dentro del complejo del presunto autor intelectual de los ataques del 11S, y a los 30 segundos Englen recibió por radio el aviso de la caída, asegura.
El oficial estaba en ese momento a aproximadamente 48 kilómetros del lugar con dos helicópteros Boeing CH-47 Chinook, que se habían desplegado ilegalmente para reabastecer de combustible los 'halcones negros' y recoger a los efectivos cuando acaben con Bin Laden. Englen se volvió enojado y se dirigió a Abbottabad enseguida en uno de los Chinook, según su relato.
"No conocía la gravedad, si dejó bajas al estrellarse, si se estrelló en un área civil", recuerda. "Todo lo que hicimos fue minimizar el tiempo y llegar lo antes posible".
Su tripulación estuvo en el lugar 10 minutos después del accidente, cuando todo estaba listo para destruir la aeronave caída por medio de una explosión intencional. El personal detonó la carga antes de que el Chinook de Englen aterrizara.
El piloto jefe se daba cuenta de que su grupo estaba "penetrando en una nación soberana", y las acciones violentas tenían que despertar la alerta temprana y la defensa aérea pakistaní. Ante todo, podrían pensar que era una aeronave de la India (que Islamabad percibe como un enemigo). Por eso, el riesgo para los helicópteros durante sus cuatro horas de vuelo de vuelta a la base aérea en Afganistán "era extremo", mucho mayor de lo que había implicado la primera fase de la operación, aseguró.
Efectivamente, el Chinook de Englen, con el cadáver de Osama bin Laden a bordo, fue atacado tres veces por un F-16 pakistaní en su camino de regreso. Los pilotos libraron una batalla, aunque fue "como una pelea electrónica", y el estadounidense pudo evadir el combate directo. A su vez, el aviador pakistaní lo estaba "buscando y buscando, y tres veces estuvo a punto de lanzar un misil", que finalmente nunca fue disparado.
El Sikorsky 'sobreviviente' se separó de ese primer helicóptero al abandonar Pakistán y aterrizó primero en el mencionado punto de reabastecimiento, desde donde el Black Hawk y el otro Chinook regresaron juntos y a salvo a territorio afgano poco más tarde. Pero en los 20 o 25 minutos que ambos estuvieron en tierra, también corrieron peligro de un posible ataque, relató el oficial retirado.
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