Las medidas proteccionistas de los gobiernos nacionales durante la crisis del coronavirus podrían provocar escasez de alimentos en todo el mundo, advirtió Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en una entrevista a The Guardian.
"Lo peor que puede pasar es que los gobiernos restrinjan el flujo de alimentos", afirmó el experto y agregó: "Todas las medidas contra el libre comercio serán contraproducentes. Ahora no es el momento para restricciones o para poner barreras comerciales. Ahora es el momento de proteger el flujo de alimentos en todo el mundo".
Según Torero, aunque el suministro de alimentos funciona bien hasta ahora en la mayoría de los países, los problemas podrían aparecer en unas semanas y agravarse en los 2 meses siguientes, a medida que empiece la temporada de las principales frutas y verduras. Estos tipos de productos suelen ser de maduración corta y son muy perecederos, por lo que necesitan recolectores cualificados que trabajen rápidamente en el momento adecuado.
"Hay que tener cuidado de no romper la cadena de valor alimentaria y la logística, o pronto tendremos problemas con las verduras y frutas frescas", subrayó el economista y apuntó: "Las frutas y verduras son también muy laboriosas, si la mano de obra se ve amenazada porque la gente no puede desplazarse, entonces habrá un problema".
También destacó que el papel más importante que pueden desempeñar los gobiernos en esta situación es "mantener viva la cadena de valor de los alimentos", intervenir para garantizar que haya suficientes trabajadores y evitar que los mercados mundiales de alimentos entren en pánico.
Por su parte, los ciudadanos también pueden jugar un papel importante, evitando el pánico a la hora de comprar y acumular comida, y también reduciendo el desperdicio de alimentos. La compra de una cantidad excesiva de productos agrícolas frescos, que luego se estropean antes de que puedan ser consumidos, solo exacerbará los problemas de suministro de alimentos. "Los individuos solo deben comprar lo que necesitan para evitar el desperdicio de alimentos", concluyó.