Las estrictas medidas tomadas por China durante los primeros 50 días de la epidemia de coronavirus en la ciudad de Wuhan, zona cero de la enfermedad, pudieron haber prevenido más de 700.000 contagios, en especial al cerrar completamente sus fronteras y retrasar la expansión del virus, según un estudio publicado este 31 de marzo en la revista Science.
La investigación, realizada por científicos de China, EE.UU. y Reino Unido, sugiere que los drásticos controles establecidos en la capital de la provincia de Hubei le brindaron un valioso tiempo a más de 130 ciudades del gigante asiático. Después que Pekín ordenó el cierre de Wuhan, disposición que fue vista en un inicio como dramática, para el día 50 de la pandemia el número total de casos confirmados en el país llegaba a cerca de 30.000.
"Sin la prohibición de viajar desde o hacia Wuhan y la respuesta de emergencia nacional, para esa fecha habría habido más de 700.000 casos confirmados de covid-19 fuera de la ciudad", señala Christopher Dye, uno de los autores del estudio, quien explica que "al evitar el contacto entre personas infectadas y susceptibles" se logró "romper con éxito la cadena de transmisión", recoge el portal de la universidad Penn State (EE.UU.).
Los investigadores usaron una combinación de reportes de casos, datos de movimiento humano obtenidos de teléfonos celulares e información de salud pública para analizar la propagación del virus durante las festividades de primavera y el año nuevo lunar. "El análisis reveló una reducción extraordinaria en el movimiento tras la prohibición de viajar, adoptada el 23 de enero", recalcó Ottar Bjornstad, profesor de entomología y biología.
El estudio también señala que en aquellas ciudades de China donde se prohibieron las reuniones públicas, se cerraron lugares de entretenimiento y se suspendió el transporte público, entre otras acciones, se reportaron 33 % menos casos durante la primera semana del brote que en otras donde no se implementó una respuesta similar.
Riesgo de un nuevo brote
Sin embargo, los investigadores advierten que si bien las acciones tomadas por las autoridades chinas han reducido el número de infecciones por covid-19 a niveles muy bajos, el país aún no está fuera de peligro. "Somos muy conscientes de que infecciones residentes o importadas podrían provocar un resurgimiento de la transmisión", dijo el profesor de epidemiología y coautor del estudio Huaiyu Tian.
China declaró haber logrado contener la transmisión del virus entre sus ciudadanos, pero existe la preocupación de que aparezca un nuevo brote por los casos importados. Hasta el 31 de marzo se registraron allí un total de 771 casos importados.