China recomienda bilis de oso para tratar el covid-19 y provoca alarma entre los defensores de animales

La sustancia lleva siglos siendo utilizada en la medicina tradicional china.

Las recomendaciones de las autoridades sanitarias chinas para tratar el covid-19 con inyecciones de bilis de oso han causado las quejas de activistas de derechos de los animales.

Aunque Pekín prohibió la venta de animales salvajes con fines alimenticios en febrero pasado debido al riesgo de transmisión de enfermedades a humanos, la Comisión Nacional de Salud del país asiático emitió a principios de marzo unas instrucciones sobre la pandemia en las que se incluían inyecciones de un compuesto llamado Tan Re Qing, entre otros productos de la medicina tradicional china.

Este preparado, recomendado para tratar a pacientes con complicaciones severas de covid-19, incluye bilis de oso, cuerno de cabra y tres tipos de hierba.

Aunque se desconoce el efecto de esta solución en el nuevo cocornavirus, el ácido ursodesoxicólico que contiene el Tan Re Qing tiene la capacidad de aliviar inflamaciones pulmonares y calmar la respuesta inmune.

Secretada por el hígado y acumulada en la vesícula biliar, la bilis de varias especies de oso, incluido el negro asiático y el pardo, ha sido utilizada en la medicina tradicional china desde al menos siglo VIII. El ácido ursodesoxicólico ayuda a disolver cálculos biliares y a tratar enfermedades hepáticas.

Remedio a cuenta de animales 

Mientras, activistas aseguran que dar el visto bueno a tratamientos que usan productos de animales es trágico y paradójico a la vez, dado que el origen del coronavirus SARS-CoV-2, que ha infectado a un millón de personas y matado a más de 52.000 en todo el mundo, está vinculado al comercio y consumo de animales salvajes.

"No debemos basar la solución contra el virus letal en productos de vida silvestre, como la bilis de oso, porque la vida silvestre parece ser el origen del propio virus", valoró Brian Daly, vocero de Animals Asia Foundation, citado por The Daily Mail.

Se cree que el nuevo coronavirus se originó en murciélagos y podría haberse transmitido a los humanos a través de una especie mamífera intermediaria.

Asimismo, el medio sostiene que la promoción de la bilis de oso impulsaría el tráfico de animales y afectaría no solo a osos de cría sino también a los silvestres, potencialmente amenazando a especies en peligro en extinción en Asia y otras partes del mundo.

Kirsty Warren, vocera de World Animal Protection, señaló que unos 20.000 osos son retenidos en jaulas en condiciones crueles en territorio chino para satisfacer la demanda del mercado de la medicina tradicional.

Richard Tomas, de la ONG de protección de animales Traffic, indicó que la bilis de oso se comercializa a lo largo de Asia aunque es ilegal en la mayoría de los países. Al mismo tiempo, el ácido ursodesoxicólico se puede sintetizar en laboratorio, por lo que no es necesario extraerlo de los animales, concluye.