La fuga de dos condenados por delitos violentos de un penal de máxima seguridad mantiene en vilo a una ciudad de EE.UU.

Las autoridades urgen a los vecinos a permanecer en sus domicilios y asegurarse de cerrar las puertas de sus viviendas y vehículos.

Un gran operativo de captura fue desplegado este jueves en la ciudad de Portage (Wisconsin, EE.UU.) luego de que dos reos escaparan esta madrugada de la Institución Correccional de Columbia, donde ambos cumplían condenas por delitos violentos. Las autoridades han instado a los residentes del área a permanecer alerta.

Los prófugos fueron identificados como James Newmen, de 37 años, y Thomas Deering, de 46, aunque de momento no ha trascendido cómo han podido escabullirse de las instalaciones carcelarias de máxima seguridad.

Mientras la mayoría de los estadounidenses cumple con el confinamiento domiciliario como medida de contención de la pandemia de coronavirus, desde el Departamento de Policía de Portage urgen a los vecinos a mantener las puertas de sus viviendas y vehículos cerradas ante el peligro de la presencia de los delincuentes.

En una actualización, la Policía de Portage señala que los fugitivos podrían haber abandonado ya la localidad y dirigirse hacia el sur, hacia la zona de Madison (también en el estado de Wisconsin).

Delitos violentos

Se detalla que Deering fue condenado por robo con allanamiento, secuestro y tres cargos de asalto sexual de segundo grado. Además, se le imputa un intento de fuga que tuvo lugar en 2002 y otro cargo por una agresión perpetrada en 2015 en la cárcel.

A su vez, Newmen fue declarado culpable de seis cargos que involucran armas de fuego en 2009, y posteriormente fue condenado por otros tres delitos, incluyendo una fuga, secuestro y robo.

Oleada de motines

Desde el comienzo de la pandemia de covid-19 han ocurrido decenas de motines carcelarios en distintas partes del mundo —entre ellos en Italia, Colombia, Ecuador e incluso en la Siberia rusa— en medio de los temores de los presidiarios a los riesgos de infección en la cárcel y al limitado acceso a la atención médica.

Asimismo, muchos de los reclusos adictos a las drogas sufren de síntomas de abstinencia mientras sus proveedores interrumpieron el contrabando que realizaban durante las visitas a raíz de las medidas de aislamiento.

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