El desprestigio generalizado de la clase política latinoamericana se tradujo, en medio de la pandemia del coronavirus, en reclamos de diversos sectores para que los presidentes y los funcionarios públicos en general se rebajen los sueldos, de modo que esos recursos se utilicen para atender la emergencia sanitaria.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha rechazado la idea de la rebaja salarial por considerarla demagógica. En su país, la demanda de un recorte de por lo menos el 30 % a los salarios de la administración pública proviene de los sectores de la oposición, que hasta organizó protestas con el lema: "bájense los sueldos".
El reclamo llegó a tal nivel que, en medio de la cuarentena, con la población encerrada en sus casas, se realizaron "cacerolazos" en los que, a través de ventanas, techos y balcones, y en un mensaje dirigido a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, un sector de la ciudadanía salió a exigir menores salarios a la Administración de Fernández.
De manera institucional, el pedido vino de mano de la oposición que lidera el expresidente Mauricio Macri. Su bloque en Diputados le envió una carta a Fernández para que aplicara el recorte.
A sabiendas de que las encuestas revelaban un mayoritario apoyo ciudadano a esta decisión, los gobernadores de Mendoza, San Juan, Corrientes y Entre Ríos sí anunciaron bajas salariales en los escalafones más altos de los gobiernos provinciales, mientras que los mandatarios regionales de Misiones y La Rioja optaron por donar su sueldo. Los miembros de la Corte Suprema de Justicia, en tanto, anunciaron un recorte de 25 % en sus ingresos.
Sin embargo, el presidente Fernández advirtió en una entrevista con el portal El cohete a la luna que los "cacerolazos" no lo afectaban y que no rebajaría su salario ni el de ningún funcionario.
"No seamos hipócritas, son los que después nos llaman populistas a nosotros. No seamos demagogos y ganémonos nuestro sueldo como corresponde. Yo soy parte de un gobierno de funcionarios que los llamás a las siete de la mañana, están; y los llamás a la una de la mañana y están, y siempre tienen respuestas para todo", explicó.
También aprovechó para diferenciar a los actuales funcionarios de quienes formaron parte del gobierno macrista. "Ninguno tiene empresas en el exterior, empresas 'offshore', ni tiene empresas propias de donde sacan utilidades. Viven de su sueldo. Ninguno de ellos tiene un sueldo exorbitante ni yo tengo un sueldo exorbitante. He visto que los jueces de la Corte han donado el 25 % de sus sueldos, está muy bien. Pero quiero decir que el 25 % del sueldo de un juez de la Corte es casi el sueldo del presidente", aseguró Fernández, quien obtiene alrededor de 4.400 dólares mensuales, lo que equivale a una tercera parte, por ejemplo, de lo que gana Sebastián Piñera en Chile.
Reacciones polémicas
Parte de la presión pública hacia el presidente argentino se basó en la decisión que tomó Lacalle Pou en Uruguay, quien impulsó un proyecto de ley que rebaja entre 5,0 % y 20 % los haberes de los funcionarios durante dos meses para, con esos recursos, crear el Fondo Coronavirus con el que se comprarán canastas alimentarios para la población que lo necesite.
"Es momento de que todos hagamos un esfuerzo. No les vamos a descontar del salario a los funcionarios públicos y a los políticos para ahorrar: es para gastar. Esto es solidaridad pura para la gente… sabemos que no es una medida simpática, pero entendemos que es solidaria, no voy a entrar en discusión ni con las gremiales ni con los sindicatos, el concepto de trabajador es más abarcativo que el de trabajador público", afirmó Lacalle Pou, quien percibe alrededor de 7.500 dólares al mes.
La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) criticó la medida y se declaró en alerta al recordar que los puestos y sus respectivos salarios se ganan a través de concursos públicos, que no pueden ser desestimados.
En México, la inconformidad de los empleados estatales también fue latente cuando López Obrador anunció no solo que bajaría su sueldo y el de los funcionarios que ocupen cargos desde subdirecciones en adelante, sino que tampoco recibirán aguinaldos.
"A diferencia de otras épocas, cuando se le pedía al pueblo fajarse el cinturón, ahora es el gobierno el que se está apretando el cinturón, terminando de borrar de desaparecer, de desterrar la corrupción, acabando con lujos y ostentaciones", afirmó el presidente mexicano, aunque todavía no ha precisado a cuánto ascenderá el recorte de los servidores públicos.
Cuando asumió el gobierno, en diciembre de 2018, López Obrador ya había reducido el salario mensual presidencial de 14.000 a 5.700 dólares, pero ahora, por la devaluación registrada desde entonces, sus ingresos equivalen a unos 5.000 dólares.
Iván Duque sí fue más específico al anunciar que él y los funcionarios de más alto nivel de Colombia aportarán, durante cuatro meses, entre el 10 % y el 15 % de su salario a un fondo de apoyo para los sectores damnificados por la pandemia. "Debemos tener un mensaje de conciencia. Los funcionarios del Estado que tenemos salarios que son altos también tenemos que contribuir de manera clara", señaló. Duque gana 8.200 dólares mensuales.
El más drástico ha sido Lenín Moreno, el presidente que redujo en un 50 % su salario mensual de 5.635 dólares. También recortó en la misma proporción los sueldos de su gabinete en medio de la crisis política que enfrenta, ya que Ecuador es uno de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia, en particular en Guayaquil, cuyas imágenes de cadáveres tirados en las calles han dado la vuelta al mundo.