El ministro de Salud de Brasil, Luiz Henrique Mandetta, fue destituido este jueves tras una reunión con el presidente Jair Bolsonaro, poniendo fin a una serie de desencuentros que se habían suscitado por la manera en que el mandatario ha afrontado la crisis del coronavirus.
"Acabo de escuchar del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi renuncia al Ministerio de Salud", escribió en su cuenta de Twitter Luiz Enrique Mandetta, agradeciendo la oportunidad de ser el "gerente" del sistema sanitario.
Mandetta, de 55 años, destacó que durante su tiempo en el cargo gestionó el proyecto para mejorar la salud de los brasileños y planeó cómo enfrentar la pandemia de coronavirus, al que se refirió como "el gran desafío que enfrenta nuestro sistema".
Previo a la reunión con Bolsonaro, Mandetta adelantó que se daría una "situación de cambio en el Ministerio" entre el jueves y el viernes, en referencia a su inminente salida de la cartera de Salud.
En su última conferencia de prensa, Luiz Henrique Mandetta fue aplaudido de pie por los funcionarios del Ministerio de Salud. En declaraciones a la prensa, el ahora exministro instó a los presentes a defender el Sistema Único de Salud (SUS), la vida y la ciencia. "Estos pilares alimentan la verdad. La ciencia es la luz, la iluminación", dijo.
Durante el transcurso de la tarde, el Ministerio de Salud informó en su cuenta de Twitter que Bolsonaro nombró al médico especialista en oncología Nelson Luiz Sperle Teich en sustitución de Mandetta.
Bolsonaro y Mandetta tuvieron diferencias por la forma en cómo enfrentar la epidemia del coronavirus en Brasil, que ha dejado 1.924 muertos y un total de 30.425 contagios confirmados hasta este jueves.
El contraste entre el mandatario y el ahora exministro era notorio. El doctor Mandetta abogó por el aislamiento social para frenar la pandemia y defendía las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que Bolsonaro, en un principio, minimizó el impacto del coronavirus —tildándolo de "un pequeño resfriado"— para defender su postura de no parar la economía.
"El efecto secundario de las medidas para combatir el coronavirus no puede ser peor que la enfermedad misma", aseveró el pasado 1 de abril. Asimismo, Bolsonaro aseguró recientemente que el problema del virus estaba "empezando a desaparecer".
El domingo pasado, Mandetta contradijo al mandatario y aseguró que Brasil tendría días duros en las próximas semanas.
En entrevista con TV Globo, el exministro criticó: "Espero que esta validación de los diferentes modelos para hacer frente a esta situación pueda ser común y que podamos tener un discurso único y unificado, porque esto lleva al brasileño a dudar: no sabe si escucha al ministro de Salud, si escucha al presidente, ¿a quién escucha?".