A medida que aumenta el número de personas fallecidas por covid-19 en Estados Unidos, los entierros en fosas comunes en la isla de Hart en la ciudad de Nueva York se han multiplicado por cinco en los últimos días, según un informe de The Washington Post presentado este viernes.
Esta isla desierta ha sido utilizada por la ciudad como cementerio público durante más de 150 años, para dar sepultura a los cadáveres no reclamados de neoyorquinos. El informe señala que si antes de la pandemia eran enterradas en promedio 25 personas cada semana, esa cifra se ha elevado a 120.
Asistentes del alcalde Bill De Blasio confirmaron que "es probable" que entre los fallecidos que son sepultados en estas fosas comunes haya personas que perdieron la vida a causa de la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Las autoridades también señalaron que en esta semana se produjeron 100 entierros en la isla de Hart, un número que, aseguran, fluctuará en las próximas semanas.
El estado de Nueva York es el más afectado por la pandemia, con 13.202 fallecimientos registrados hasta la fecha solo en la ciudad de Nueva York, enfrentándose también a la falta de espacio en las morgues. Según las nuevas reglas de la Oficina del Médico Forense de la Ciudad de Nueva York se contempla mantener los cuerpos no reclamados durante solo 15 días antes de enviarlos a la isla de Hart.
No a los entierros en parques urbanos
Las autoridades consideran que el entierro en fosas comunes es una alternativa preferible al plan propuesto anteriormente de enterrar a las víctimas del brote en parques urbanos, anunciado por el presidente del comité de salud del Consejo de Nueva York, Mark Levine.
En el mismo contexto Corey Johnson, portavoz del consejo de la ciudad, afirmó que la situación sanitaria provocada por el covid-19 está obligando a usar fosas comunes en la isla "mucho más que en cualquier momento reciente".
El informe precisa que los cuerpos no son embalsamados, y a menudo se los entierra con los efectos personales que tenían cuando se produjo su deceso. Los ataúdes sin adornos son fabricados de pino y tienen escrito el nombre de la persona o la palabra "desconocido" y un número grabado en la tapa.
Los funcionarios de la cuidad tienen la esperanza de que una vez calmada la situación, las familias de las personas enterradas en la isla puedan identificar a sus seres queridos y desenterrarlos para darles sepultura en otro lugar, aunque es probable que muchos cuerpos permanezcan allí para siempre.
Hasta la fecha más de 700.000 personas han resultado infectadas por coronavirus en EE.UU., mientras que a nivel nacional el total de fallecidos ronda los 37.000, según los últimos datos del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.