El naufragio de un enorme barco que se hundió en el Mediterráneo aproximadamente en 1630 ha dado indicios del "comienzo de la globalización" del comercio, informa The Guardian. Un grupo de investigadores británicos sugiere que la carga de la embarcación muestra la tendencia marcada por las culturas orientales en las costumbres del mundo occidental, agrega el medio.
Entre los objetos encontrados se destacan unas piezas elaboradas en porcelana china. Se trata de 360 tazas decoradas, platos y una botella hecha en los hornos de Jingdezhen (conocida como la capital de la porcelana) durante el reinado del emperador Chongzhen, quien gobernó desde 1627 a 1644. Aunque la vajilla estaba diseñada para el consumo de té, los científicos creen que los otomanos adaptaron su uso para beber café, la nueva tendencia que en ese entonces se extendía en Oriente.
Asimismo, en una de las bodegas del barco fueron encontradas las primeras pipas de tabaco de arcilla de la época del Imperio turco. "Al fumar tabaco y beber café en las cafeterías otomanas, cobró vida la idea de recreación y de sociedad educada, sello de la cultura moderna", explicó al diario británico uno de los investigadores, Sean Kingsley.
Al respecto, el experto señaló que si bien Europa podría ser pionera en las "nociones de civismo", las tazas y las cafeteras que yacían bajo el mar prueban que el "Oriente bárbaro" fue precursor al respecto, pues recién en 1652 abrió la primera cafetería de Londres.
"Los bienes y pertenencias de las 14 culturas y civilizaciones descubiertas, que se extienden por un lado del globo: China, India, el golfo Pérsico y el mar Rojo, y al oeste del norte de África, Italia, España, Portugal y Bélgica, son notablemente cosmopolitas para el envío premoderno de cualquier época", agregó Kingsley.
El buque tiene 43 metros de largo y llevaba una carga de casi 1.000 toneladas. Los expertos involucrados lo han calificado como "uno de los descubrimientos más increíbles bajo el Mediterráneo" y consideran que algunos de estos hallazgos encontrados durante los últimos años podrían reescribir la historia.