Un experimento reciente de los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda (Maryland, EE.UU.) muestra cómo las gotas de saliva se desplazan por el aire de manera diferente durante una conversación si el emisor usa una mascarilla o no, según publicó la semana pasada el New England Journal of Medicine.
Esos especialistas emplearon láseres para destacar las gotas de saliva que salen de la boca de un hablante al repetir la expresión 'manténgase sano' en el interior de una caja de cartón.
Las gotas grandes "caen rápidamente", pero las pequeñas se pueden deshidratar, agruparse y permanecer suspendidas en el aire con opciones de expandir "la extensión espacial de las partículas infecciosas emitidas", señalan los expertos en ese documento.
A medida que el hablante aumenta el volumen de su discurso se incrementa la cantidad de saliva que expulsa, mientras que si pronuncia la misma frase con una toallita húmeda sobre la boca se reduce el número de gotas que propaga.
Harvey Fineberg, quien preside el Comité Permanente de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Academia de Ciencias de EE.UU., destacó que "todas" las gotas de saliva que salen de un ser humano al "hablar o respirar" son capaces de transportar un virus, sin importar su tamaño.