Tenedores de bonos extranjeros rechazaron la propuesta presentada por el Gobierno de Argentina para reestructurar 66.238 millones de dólares de su deuda externa con una quita del 62 % de intereses y el comienzo de pagos de capital en tres años.
El Grupo de Titulares de Bonos de Canje, con sede en Nueva York y que posee títulos por más de 4.000 millones de dólares, criticó este lunes en un comunicado el plan ofrecido el viernes pasado por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Las críticas de los tenedores de bonos
Los bonistas aseguraron que iniciaron conversaciones de "buena fe" con el gobierno para aliviar el flujo de efectivo que Argentina necesita en el corto plazo para enfrentar una crisis económica a la que se agregó la pandemia de coronavirus.
"El Grupo de Titulares de Bonos de Canje estuvo y está preparado para abordar esos problemas en el contexto de un proceso que requiere de transparencia por parte de los representantes de la Argentina y compromisos significativos entre las partes", señalaron desde el grupo, conformado por fondos como Cyrus Capital Partners LP, Monarch, HBK Capital Management y VR Capital Group Ltd.
Sin embargo, agregaron, sus opiniones no fueron tenidas en cuenta. "En lugar de seguir un curso de compromiso constructivo, la Argentina ha optado por hacer una oferta unilateral… no representa el resultado de negociaciones de buena fe. El Grupo de Titulares de Bonos de Canje la considera inaceptable y no tiene intención de apoyarla", advirtió.
A pesar de sus críticas, los bonistas manifestaron su disposición para acordar un camino consensuado hacia una carga de deuda sostenible.
El plan anunciado por el gobierno
Con el apoyo de la oposición, el Gobierno argentino dio a conocer el viernes su oferta de reestructuración de bonos de la deuda bajo legislación extranjera por un monto de 66.238 millones de dólares. Al advertir que Argentina hoy no está en condiciones de pagarle a nadie, el ministro de Economía precisó que la intención es comenzar a cubrir la deuda en 2023 con una quita del 62 % de intereses, lo que representaría 37.900 millones de dólares. La quita de capital, en tanto, sería del 5,4%, es decir, un nivel mínimo.
El presidente explicó que Argentina se encuentra en un "default" (moratoria) virtual, por lo que la intención es lograr una deuda sostenible. También destacó que, a pesar de la pandemia, no se retrasó la negociación para resolver este problema. "Asumimos el compromiso de salir de esta situación, vamos a pagar la deuda sin que haya más postergaciones para los argentinos", prometió.
Rechazo de otros acreedores
Sin embargo, las reacciones de los bonistas han sido adversas. El Comité de Acreedores de la Argentina, un grupo de fondos de inversión que tiene títulos por 5.000 millones de dólares, fue el primero en rechazar la oferta. "La negociación de buena fe depende del intercambio de información económica y financiera sustancial y debe estar anclada en políticas concretas y factibles", señaló en un comunicado publicado la víspera.
"La oferta unilateral de reestructuración de bonos ha quedado muy corta frente a las expectativas de los acreedores sin una discusión sustancial. El regreso a un enfoque que en forma periódica busca externalizar el ajuste sobre los bonistas extranjeros –que esencialmente representan ahorros extranjeros– fallará para crear una solución de deuda sustentable, como quedó demostrado en el pasado", avisó.
Otro grupo acreedor mayoritario, integrado por grandes fondos de inversión como Blackrock, Fidelity, Rowe Price, Western Asset Management Company o Alliance Bernstein, y que poseen el 35 % de los bonos de la deuda, también cuestionó el plan presentado por el gobierno. "Busca colocar una parte desproporcionada de los esfuerzos de ajuste a largo plazo de Argentina sobre los hombros de los tenedores de bonos internacionales", afirmó.
Los tres bloques de bonistas que ya anunciaron su negativa a la oferta del país sudamericano poseen en conjunto más de la mitad de los títulos de la deuda, lo que fuerza al gobierno a negociar y a diseñar otro plan de pagos.
Vencen los plazos
La reestructuración es urgente, ya que el próximo miércoles Argentina debe cubrir vencimientos por 500 millones de dólares que tienen una prórroga de 30 días. Esto implica que si no paga a más tardar el 22 de mayo, entrará en "default", lo que complicará todavía más la maltrecha economía que Fernández heredó de su antecesor, Mauricio Macri, con una crisis que se acentuó por la pandemia.
En febrero pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció que la deuda argentina no era sostenible e hizo un llamado a los acreedores privados a generar "una contribución apreciable", lo que implicó una convocatoria a aceptar una quita.