Andrés Iniesta y el "pozo sin fondo" en que vivió por una profunda depresión
Este 23 de abril se estrenó el documental de Rakuten TV titulado 'Andrés Iniesta, el héroe inesperado', que además de remembrar lo triunfos del icónico futbolista español se adentra en uno de los momentos más tristes y difíciles de su carrera: la depresión que vivió en 2009.
El diario Mundo Deportivo tuvo acceso a algunas entrevistas que hacen parte de la cinta. En una de ella participa María Luján, madre del exсentrocampista del Barcelona, quien menciona el momento en que notó que su hijo —en ese entonces de 25 años— sufría de algo más que tristeza y alertó a su marido José Antonio al respecto.
"La noche que vi que [Andrés] estaba muy mal fue cuando me dijo si se podía acostar al lado mío, a medianoche. Él dormía arriba y nosotros, abajo. Se me cayó el mundo encima", recuerda María.
Para su padre "no era normal" que el joven Iniesta quisiera dormir con ellos dada su edad y, aunque fue su esposa quien se percató primero de que Andrés no estaba bien, él también lo "veía raro": "Se iba muy pronto a la cama y no comía".
"Pozo sin fondo"
El propio Andrés confiesa que hacia mediados de 2009 no se sentía bien: "Pasan los días y no mejoras. Te das cuenta de que no tienes vitalidad, todo se va volviendo nublado o negro". Además, una lesión que lo aquejaba entonces y la muerte del futbolista español Dani Jarque, en agosto de ese año, agudizaron su trastorno anímico. Este último hecho "fue como un disparo muy potente" que lo hizo "volver a caer abajo porque no estaba bien", asegura el jugador.
Su madre buscaba sacarlo del "pozo sin fondo" en el que estaba y le hizo saber lo que sucedía al entonces técnico del Barcelona, Pep Guardiola. Hasta entonces ni él ni sus compañeros de equipo habían notado la magnitud de las cosas. "Le podíamos haber ayudado más con más información, pero él era así de reservado", señala el defensor azulgrana Gerard Piqué.
Guardiola reiteró haberlo visto triste, pero pensaba que era algo personal pasajero. Luego de enterarse del problema, el Barcelona le "echó una mano" y lo puso en contacto con la psicóloga Imma Puig. "No es raro que después de un momento muy brillante, muy intenso, uno sienta un vacío. Es como una depresión posparto", explica la especialista.
Un mejor Iniesta
El apoyo de Pep y de su familia, junto con la orientación psicológica, le permitieron a Iniesta luchar y superar su afección. "Su recuperación fue un trabajo de equipo, de familia, todos a una", resalta Puig.
"Me ayudaron muchísimo no ya a ser yo, sino a ser algo mejor que yo", cree Andrés, quien posteriormente hizo público lo que le había pasado.
Su esposa, Anna Ortiz, también había notado el difícil momento de su pareja. Según ella, luego del tratamiento, Andrés "se dio cuenta de que la vida es algo más que el fútbol". "Le ayudó a pensar más en sí mismo y a disfrutar de las pequeñas cosas que cuando estás tan arriba no te dejan verlas", concluye.
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