Entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, un equipo de astrónomos realizó seis observaciones del primer cometa interestelar que se haya avistado, el 2I/Borisov, mediante el observatorio espacial Swift de la NASA, y detectó que entre el 1 de noviembre y el 1 de diciembre produjo un 50 % más de hidroxilo, y por ende agua.
El incremento de las emisiones de hidroxilo se observó cuando el cometa estaba a siete días de su paso más cercano al Sol. Durante el pico de su actividad, el 2I/Borisov emitió 30 litros de agua por segundo, lo suficiente para llenar una bañera en unos 10 segundos, y durante su paso por el Sistema Solar perdió unos 230 millones de litros de agua, cantidad que podría llenar 92 piscinas olímpicas.
Los cálculos de la cantidad del agua producida por 2I/Borisov también permitieron a los científicos estimar el tamaño mínimo del cometa, que resultó ser de 740 metros. Los invetigadores sostienen que cuando el cometa estaba en su punto más cercano al Sol, el agua se desprendía de al menos un 55 % de su superficie. Sus observaciones han sido publicadas en la revista The Astrophysical Journal Letters.
El autor principal del estudio, Zexi Xing, de la Universidad de Hong Kong y la Universidad de Auburn (Alabama, EE.UU.), opina que la pérdida del agua podría deberse a distintos factores y no descartó la posible erosión de la superficie, cambios en la rotación o incluso fragmentación, detectada por Hubble y otros observatorios espaciales ya a finales de marzo.
El 2I/Borisov fue descubierto el 30 de agosto de 2019 por el astrónomo de Crimea (Rusia) Guennadi Borísov. Es el primer cometa interestelar detectado en el Sistema Solar y el segundo objeto interestelar descubierto en la historia, después del llamado Oumuamua, avistado en 2017, que finalmente llegó a ser clasificado como asteroide.
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