Distanciamiento social, la nueva fase que comienza en Ecuador: en qué consiste, por qué se impulsó y quiénes se niegan al cambio

"Creo que la disyuntiva que nos ponen es sencillamente miserable y criminal, es decir, la alternativa es: la economía o la vida", opina el sociólogo David Chávez.

Este lunes 4 de mayo, por decisión del Gobierno nacional, Ecuador pasó de la fase de aislamiento, en la que se encontraba desde el pasado 17 de marzo, a la de distanciamiento social, en medio de la crisis de la pandemia del coronavirus, que ha golpeado fuertemente a este país. Sin embargo, hasta el momento ningún municipio ha decidido relajar las medidas restrictivas.

"Es una nueva normalidad lo que vamos a tener después del coronavirus. Las cosas se harán de forma muy paulatina", dijo la ministra de Gobierno, María Paula Romo, cuando anunció la medida y añadió: "No podemos permanecer encerrados en casa".

Esta es una acción que, según dijo el sociólogo y docente de la Universidad Central del Ecuador David Chávez a RT, está motivada por "una presión de los sectores empresariales".

El cambio de fase se anunció pese a que, en términos per cápita, Ecuador, con cerca de de 17,5 millones de habitantes —según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos—, es uno de los países de Sudamérica con más contagiados y fallecidos por coronavirus. Hasta este lunes 4 de mayo, el país registraba31.881 casos positivos y 2.905 muertos, entre confirmados y probables, por la pandemia.

Las cifras de fallecidos se ha quedado corta frente a los datos aportados por el Registro Civil y la Fuerza de Tarea Conjunta que se creó para gestionar los cadáveres en Guayaquil. Solo en la provincia de Guayas, desde el 1 de marzo de 2020 hasta el pasado 30 de abril fallecieron 13.415 personas, según datos de esas instancias; en condiciones normales, en esta entidad mueren, según los datos oficiales, alrededor de 2.000 personas al mes.

Solo los dos primeros días de mayo, en Guayas ya se registraron 110 defunciones, según contabiliza el Registro Civil.

En Sudamérica, Brasil es el país de la región con más casos, alcanzando los 105.222 infectados y 7.288 fallecidos hasta este lunes, pero su población es de 211 millones de personas, según estimaciones del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. Igualmente, Perú registra 47.372 casos positivos y 1.344 fallecidos, pero su número de habitantes es casi el doble que el de Ecuador.

¿En qué consiste la nueva fase?

En esta nueva fase se levantan algunas restricciones, pero las autoridades dejaron claro que se mantienen ciertas medidas, como el aislamiento obligatorio para las personas mayores de 60 años, el cierre de fronteras, la prohibición total de eventos masivos y la suspensión de clases presenciales.

Esta nueva etapa se regirá por un mecanismo de semáforo, explicó el presidente del país, Lenín Moreno, y señaló que se aplicará por cantones (municipios). Se asignará un color para cada uno de estos espacios territoriales —rojo, amarillo o verde— y de ello dependerán las restricciones que se aplican o levantan.

La decisión del cambio de color en el semáforo dependerá de los alcaldes, precisó Moreno; y, para ello, los burgomaestres deberán tomar en cuenta algunos indicadores, como la curva de contagios de cada cantón, la capacidad de hacer pruebas, la infraestructura de salud con la que cuentan, disminución de atenciones de emergencias en hospitales y canales digitales, y la colaboración de la población para cumplir las restricciones y evitar aglomeraciones.

Acciones permitidas por cada color

Rojo

Romo informó que si se determina que un cantón estará en rojo, se mantienen las medidas que rigen actualmente, como el toque de queda desde las 14:00 horas a las 05:00, la suspensión del transporte colectivo urbano, la circulación vehicular un solo día según el último dígito de la placa y la suspensión de la jornada laboral presencial.

Sin embargo, habrá algunos pequeños cambios en los cantones que pasen a rojo:

Amarillo

Verde

¿Qué motivó el cambio de fase?

"Hemos visto lamentablemente miles de muertes, pero ya pasó el pico en la mayor parte de provincias del país", fue una de las justificaciones que utilizó Romo al anunciar la medida.

La justificación no concuerda con lo expresado por el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, quien señaló que estiman que el 60 % de la población, más de 10 de los 17 millones de habitantes que tiene el país, se contagiará de coronavirus. Además, dijo que las muertes serán de alrededor del 1 % de esos contagios, es decir, aproximadamente 100.000 personas.

Moreno, quien el pasado viernes dijo que el país está experimentando "resultados positivos" en cuanto al manejo de la pandemia, mencionó, por su parte, que se trata de la "reactivación paulatina de ciertos sectores productivos y comerciales". Posición que se acerca más a la opinión de algunos analistas.

"Si uno rápidamente rastrea cuál ha sido la posición de los sectores empresariales, de las grandes empresas mediáticas que tienen un contubernio con los sectores empresariales y con el Gobierno, evidentemente esto responde a una presión de los sectores empresariales [...] son los que han venido insistiendo en la necesidad de empezar a echar abajo las limitaciones y las restricciones para que volvamos a 'condiciones normales'", dijo el sociólogo Chávez.

En la misma línea se expresó el economista Erik Mozo, quien dice que "hay un sector de los empresarios que, públicamente, ha pedido pasar a la etapa de distanciamiento social".

Chávez señaló que estos empresarios han argumentado en su petición "que la economía está en serios problemas y entonces tenemos que salvar la economía".

"Salvar la economía"... ¿Y las vidas?

"Creo que la disyuntiva que nos ponen es sencillamente miserable y criminal, es decir, la alternativa es: la economía o la vida; no importa si alguna gente más se enferma y se muere, lo que tenemos que hacer es salvar la economía", explicó el sociólogo.

Mozo opina que en el debate sobre qué hacer en medio de la pandemia y ya pasados 48 días de aislamiento, hay una dicotomía: "Entre qué es más costoso, solucionar la crisis rápido, es decir, controlar la emergencia sanitaria y volver a la normalidad" o "no tomar medidas fuertes, no apuntar a solucionar la crisis sanitaria ni aislar el virus y más bien tener una suerte de contagio comunitario masivo, que permita tener algunos niveles de inmunidad, para no detener la actividad económica".

Sin embargo, considera que esto puede ser aún peor, puesto que, desde su perspectiva, "el salir ahorita y agravar la crisis sanitaria, sería un golpe muy fuerte para el mediano y largo plazo en la economía".

Mozo señala que, ciertamente, la economía está recibiendo un duro golpe actualmente, como sucede en todos los países que enfrentan la pandemia. Menciona que hay duras consecuencias en lo macroeconómico, como la caída del dinamismo del comercio, la producción y el consumo, que agrava el problema fiscal y también hay un problema de liquidez, puesto que hay una salida fuerte de capitales del país (que no tiene moneda propia); y en lo microeconómico, al afectar directamente a las personas de más bajos recursos, que se han visto obligadas a salir a la calle para encontrar medios de subsistencia.

El economista critica que Ecuador, en medio de esta crisis, es "uno de los pocos Estados del planeta que en lugar de utilizar políticas de protección social, siguen utilizando políticas de ajuste y de regresión de derechos sociales". Señala que otras naciones, incluso bajo modelos neoliberales de gobierno, han optado por medidas de protección, como transferencia directa de dinero a sus ciudadanos y entregado canastas de víveres, lo que permite "dinamizar la demanda y, por ende, le hace bien a la economía"; además, evita que la gente salga.

¿Qué dicen los expertos?

"El Gobierno se equivoca, como se ha equivocado innumerables ocasiones durante esta crisis, se equivoca una vez más en las decisiones de política que tiene", enfatiza Chávez y menciona varios factores para argumentar su opinión.

Recuerda que innumerables expertos en temas de salud, entre ellos el Colegio de Médicos del Guayas, han insistido en que no es momento para levantar las medidas de confinamiento. También lo ha hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, dice el sociólogo, ha referido que aún están en "condiciones muy precarias para poder pasar a una etapa distinta".

El pasado viernes, el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, advirtió que los países deben prepararse para una "segunda o tercera ola" del coronavirus, hasta que haya una vacuna disponible.

Todo el país en rojo

Los 221 municipios del país decidieron permanecer en rojo, al menos este lunes, informó el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias del Ecuador (SNGRE). La institución ha quedado en ir anunciando el cambio paulatino a amarillo y verde.

En Quito, la capital del país, el alcalde Jorge Yunda, quien ha ganado notoriedad por el buen manejo de la crisis sanitaria, se opuso a dejar el aislamiento desde el mismo día que Romo anuncio el cambio de fase, el pasado viernes 24 de abril.

La municipalidad resolvió que mantendrán las restricciones vigentes hasta el 31 de mayo. En esta urbe, de cerca de 3 millones de habitantes, hasta este lunes se registraban 1.619 casos positivos y hasta este domingo 87 fallecidos.

Yunda ha informado que para paliar la situación de muchos quiteños, debido al aislamiento, adquirirán "medio millón de kits alimenticios" más de los que se han entregado hasta ahora para llevar a las familias más vulnerables.

En esta urbe, además, se habilitó el Centro de Convenciones Bicentenario para atender a pacientes con coronavirus, en caso de que sigan en aumento. Además, el Municipio informó sobre la llegada de 100.000 pruebas para detectar el virus; aunque la meta, dijo el alcalde, es adquirir un millón.

Guayaquil no cambia de fase

"Guayaquil (capital de Guayas) seguirá la próxima semana con las medidas de restricción de movilidad en rojo", sentenció, por su parte, el pasado miércoles 29 de abril, Cynthia Viteri, la alcaldesa de esa ciudad.

Viteri indicó que, como Municipio, se están preparando "para una segunda ola" del coronavirus en la que ha sido la ciudad más golpeada por la pandemia en Ecuador y, posiblemente, en América Latina.

Esta ciudad, según los datos oficiales, se han registrado 9.954 de los casi 32.000 diagnósticos positivos a nivel nacional hasta este lunes 4 de mayo y hay 533 fallecidos confirmados hasta este domingo.

En la urbe, al igual que en Quito, se habilitó el Centro de Convenciones de Guayaquil, que la semana pasada comenzó a recibir pacientes con coronavirus. Según Viteri, además, en la ciudad que dirige una empresa especializada ya se encarga de hacer 50.000 pruebas rápidas en distintos sectores y esta semana está previsto que lleguen otras 150.000 pruebas (tanto rápidas como PCR).

Aunque se llevó a cabo este cambio de fase, que flexibiliza las medidas restrictivas en Ecuador, Moreno advirtió que la medida se puede revertir: "Ante una nueva alerta, retornaremos al aislamiento".

Edgar Romero G.

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