La Fiscalía de Brasil pidió este lunes indagar a tres ministros de gobierno de Jair Bolsonaro, luego de las graves acusaciones del extitular de la cartera de Justicia, Sergio Moro, sobre presunta "interferencia política" en el interior de la Policía Federal (PF), informó el periódico local Globo.
El Procurador General de la República, Augusto Aras, solicitó que la Corte Suprema Federal (STF) autorice nuevos pasos en la investigación, entre las cuales se destaca tomar testimonio a las personas citadas por Moro en la denuncia, realizada el día de su dimisión, el pasado 24 de abril.
Aras consideró necesario escuchar a los ministros Luiz Eduardo Ramos, de la Secretaría de Gobierno; Augusto Heleno, de la Oficina de Seguridad Institucional; y Walter Braga Netto, de la Casa Civil, para aclarar los hechos. También se solicitaron las declaraciones de la diputada federal Carla Zambelli (oficialismo), del exdirector general de la PF Maurício Valeixo, entre otras autoridades.
El fiscal general también requirió la recuperación del material audiovisual que, supuestamente, respalda la acusación, así como otras pruebas que se encuentran en el teléfono del exministro de Justicia.
¿En qué consiste la acusación?
La salida de Moro del Gobierno se produjo horas después de la destitución de Maurício Valeixo, director general de la PF y cercano colaborador, en un intento de Bolsonaro de poner en su lugar a una persona de su entorno.
Según Moro, el mandatario intentaba frenar una investigación de la Policía que involucra a dos de sus hijos, aunque el presidente negó los señalamientos y dijo que no debía pedir permiso para cambiar a sus funcionarios.
Este lunes, Bolsonaro nombró a Rolando Alexandre de Souza nuevo director general de la Policía Federal. De Souza es considerado mano derecha de Alexandre Ramagem, elegido en un principio para el cargo, pero cuyo nombramiento fue suspendido la semana pasada por un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) porque no respetaba "los principios de moralidad, impersonalidad e interés público". Ramagen es considerado amigo de Carlos y Flavio Bolsonaro, los dos apuntados en la investigación.
El pasado sábado, el exministro Moro brindó testimonio durante más de ocho horas en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, cumpliendo con el pedido del juez del Supremo, José Celso de Mello.
El proceso que se inició contra el presidente, ya habilitado por el fiscal general Aras, podría derivar en la comprobación de delitos de carácter penal, como coacción, prevaricación u obstrucción a la Justicia.
El exjuez Moro cobró gran relevancia política en Brasil por haber encabezado la investigación denominada Operación Lava Jato, que destapó un entramado de sobornos multimillonarios, dentro y fuera de Brasil, a cambio de adjudicaciones de contratos de obras públicas a través de la petrolera estatal Petrobras.
Esa popularidad creció aún más cuando, en abril de 2018, ordenó encarcelar a Luiz Inácio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT) y, hasta ese momento, principal candidato a ganar las elecciones presidenciales.
Con Lula tras las rejas, el TSE vetó su candidatura y posibilitó la victoria de Bolsonaro, quien al acceder a la Presidencia nombró para el cargo de ministro de Justicia a Moro, a quien, tras la denuncia, llamó "Judas".