Voluntarios ayudan a los más vulnerables a superar el confinamiento en Rusia
Las medidas de contención por el coronavirus, como el distanciamiento físico y el aislamiento domiciliario, pueden resultar imposibles para quienes requieren apoyo para realizar actividades de la vida diaria. Es lo que enfrentan personas con discapacidad y adultos mayores. Por fortuna, existen plataformas que les brindan atención especial, en medio de la pandemia.
Nina Torgashova vive en un centro de neuropsicología, que trata a personas con discapacidad intelectual y trastornos del desarrollo, pero ahora comparte vivienda con Arina, voluntaria de la fundación Zhízneny put ('El camino de la vida'). "Estaba pintando, ahora estoy haciendo un adorno. Si quiero ver una película, veo una película, recolecto mosaicos. Si quiero pasta, entonces como pasta. Estoy muy feliz", dice Nina.
Al conocer del aislamiento que se venía, Arina no lo pensó dos veces e invitó a Nina a su casa. En el tiempo que llevan conviviendo, han hecho de todo: cocinar, bailar, pintar, ejercicios. Incluso celebraron juntas su cumpleaños. "Hemos sacado a dos personas de nuestro internado para vivir, de hecho, he estado viviendo durante dos semanas con Nina, a quien conozco todo el tiempo que estoy en la fundación", relata Arina Murátova.
Actividades y ayuda
'El camino de la vida' tiene más de 10 años de funcionamiento y lleva adelante varios proyectos que, gracias a las nuevas tecnologías, no se han detenido. "Está claro que pasar a trabajar con personas con discapacidad en el formato en línea requiere de mucha habilidad y mucho trabajo metódico, porque incluso en el formato en vivo no es muy fácil llevar a adultos con características especiales a algunas actividades, por esta razón nuestros tutores y psicólogos heroicos inventan diferentes formatos, tenemos actividades bastante divertidas, clases de cocina, deportes, música, grupos de apoyo psicológico, lectura, talleres literarios y creativos", explica Marina Bykova, otra voluntaria de la fundación.
Mientras tanto, en la ciudad de Krasnoyarsk, la plataforma My Vmeste ('Estamos juntos'), que ha llevado a cabo más de 140.000 acciones de ayuda, brinda asistencia principalmente a personas mayores o con movilidad reducida.
Valerio, de origen italiano, llegó a Rusia hace 8 años y es profesor de idiomas en la Universidad Estatal Pedagógica de la ciudad siberiana. Pero desde hace varias semanas ha cambiado las aulas por el voluntariado.
Ayudando a los demás, nos ayudaremos a nosotros mismos también
"Ayudando a los demás, nos ayudaremos a nosotros mismos también, das algo y obtienes muchas cosas de vuelta, de hecho, este voluntariado, incluso si es, evidentemente, sin salario, siempre hay algún premio, no es material, sino emocional", comparte Valerio.