El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, autorizó este jueves el despliegue del Ejército en la Amazonía brasileña para combatir la deforestación y los incendios, según un decreto publicado este jueves en el Diario Oficial de la Unión.
Bolsonaro envió el año pasado a las Fuerzas Armadas en agosto, 20 días después de que se registrasen unos violentos incendios en la Amazonía que provocaron una conmoción y por lo que el mandatario fue criticado a nivel internacional.
La operación se llevará a cabo entre el 11 de mayo y el 11 de junio conjuntamente con organismos de seguridad pública e instituciones para la protección del medio ambiente. El marco será la llamada Amazonía Legal, que engloba los estados de Acre, Amapá, Amazonas, MatoGrosso, Pará, Rondonia, Roraima, Tocantins y parte de Maranhao.
Según el decreto, se actuará en la franja fronteriza, tierras indígenas, unidades de conservación ambiental y otras áreas. Sin embargo, la misión se podrá extender a otras zonas si así lo solicitan los gobiernos.
Los militares se limitarán a acciones preventivas amparados por la Garantía de Ley y Orden (GLO), que otorga facultades al personal castrense para participar en situaciones de emergencia. Las misiones de GLO se llevan a cabo por orden expresa de la Presidencia de la República y se desarrollan durante un tiempo limitado cuando las fuerzas tradicionales de seguridad pública se agotan.
La deforestación aumentó en marzo
Los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe) muestran que las alertas de deforestación en la Amazonía crecieron un 29,9 % en marzo de este año frente al mismo mes de 2019.
El mes pasado, el director del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), Olivaldi Azevedo, fue destituido de su cargo poco después de que los medios se hiciesen eco de una megaoperación para rastrear y expulsar a invasores ilegales de tierras indígenas en el sur del estado de Pará, con el objetivo de protegerles de contagios por coronavirus.
Según declaró a G1 Hugo Loss, coordinador de operaciones de vigilancia del el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), la incursión ilegal en la selva "aumentó por una posible expectativa de que la fiscalización ambiental no tuviese la misma capacidad durante la expansión del coronavirus".