Karin Kneissl, exministra de Asuntos Exteriores de Austria, considera que la industria automotriz se recuperará de las pérdidas provocadas por la pandemia del coronavirus, aun cuando diversas compañías del ramo probablemente opten por trasladar su producción a África.
En un artículo para RT, Kneissl detacó que China "es una parte importante en la producción y el mercado para los fabricantes alemanes, como BMW y Volkswagen," y admitió que la propagación del coronavirus en la provincia de Hubei —"un suministrador importante para el sector"— obligó a "recalcular sus cifras de producción y ventas".
Aunque "la situación sigue siendo inestable, las previsiones actuales en el segmento de vehículos ligeros indican una caída interanual de un 15 %, [lo que equivale a pasar] de 91 millones de unidades en 2019 a apoximadamente 77 millones de unidades en 2020", escribió la antaño alta diplomática austriaca.
Entre las medidas que adoptan las autoridades para apoyar la economía, están las inversiones. Así, Thierry Breton, comisionado de la Unión Europea para el mercado interno, anunció la disposición de suministrar recursos por entre 150.000 y 200.000 millones de euros (de 164.500 a 219.400 millones de dólares) para "la movilidad, la industria automovilística, trenes y construcción naval".
El futuro de la industria
La industria automovilística sufre de momento "un descenso sin precedentes y experimenta una transformación importante", destacó Kneissl. "Una tendencia es cierta: el coche del futuro nunca será producido ni en Europa ni en EE.UU.", indicó.
De acuerdo con su opinión, el centro de producción de automóviles podría ser trasladado a África. "Un iPhone dice: 'diseñado en California, ensamblado en China'. Una inscripción en en el coche del futuro puede decir: 'diseñado en China, ensamblado en África'", subrayó.
Kneissl enfatizó que mientras algunos representantes de la política y la ciencia opinan que este es el momento adecuado para dirigir la industria hacia decisiones más ecológicas, como coches eléctricos y la reducción de la aviación, otros son escepticos al respecto.
"Para tomar decisiones realísticas sobre el futuro, es útil entender la naturaleza humana y no perderse en estadísticas", recalcó. "El coche ha sido un símbolo de la movilidad y libertad en el siglo pasado; incluso cuando quedó atrapado en el tráfico. La historia continuará después del 2020. Y veremos que la gente continuará conduciendo, principalmente, coches con un motor de combustión convencional", concluyó.