El FBI ha revelado de forma inadvertida la identidad del funcionario de la Embajada de Arabia Saudita en Washington que, supuestamente, dio un apoyo crucial a los dos secuestradores de aviones que los estrellaron contra las Torres Gemelas en los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Según Yahoo News, su nombre fue desvelado en un documento judicial que fue presentado el mes pasado por un alto funcionario del FBI ante un tribunal federal en respuesta a una demanda de las familias de las víctimas del 11-S que acusan al Gobierno de Arabia Saudita de complicidad en los ataques.
A finales de la semana pasada, el documento del FBI fue hecho público, lo que supone "un gigantesco error", según Brett Eagleson, portavoz de las familias de las víctimas. Aunque el Departamento de Justicia de EE.UU. ya había notificado a los abogados de las familias del 11-S la identidad del funcionario en septiembre de 2019, se hizo conforme a una orden de protección que prohibía que los parientes de las víctimas la revelaran públicamente. Sin embargo, ahora lo ha hecho el propio FBI.
El documento fue presentado por Jill Sanborn, subdirectora de la división antiterrorista del FBI. Aunque en la mayoría de las 40 páginas el nombre del funcionario fue oscurecido, en una ocasión apareció sin censurar, lo que fue notado por un reportero de Yahoo News.
En una parte del texto, Sanborn hace referencia a un informe de 2012 parcialmente desclasificado sobre una investigación de los posibles vínculos entre los terroristas de Al Qaeda y los funcionarios gubernamentales saudíes que inicialmente se centró en dos personas: Fahad al-Thumairy y Omar al-Bayoumi.
Sin embargo, en otro documento de FBI que fue revelado ese mismo año se mencionó que Al Thumairy y Al Bayoumi habían recibido el encargo por parte de un tercer individuo, cuyo nombre fue oscurecido, de asistir a los autores materiales del atentado.
Solo en una parte del documento de Sanborn no fue ocultado el nombre del tercer sospechoso, que aparece identificado como Jarrah. Según Yahoo News, se trata de Mussaed Ahmed al-Jarrah, un funcionario de nivel medio de la cancillería de Arabia Saudita que trabajó en la Embajada saudí en Washington en los años 1999 y 2000. Fue uno de los nueve funcionarios saudíes que los abogados de las familias del 11-S intentaron interrogar ante la sospecha de que podría tener información relevante para el caso.
Según un exfuncionario del FBI que habló con Yahoo News bajo condición de anonimato, la oficina disponía de pruebas sólidas de que Al Jarrah mantenía reuniones y comunicaciones con Al Thumairy y Al Bayoumi en las que, supuestamente, discutieron el modo de prestar asistencia a los dos secuestradores.
Aunque sí tenían evidencia de que Al Bayoumi proporcionó a los terroristas un apartamento y abrió cuentas bancarias, no pudieron probar que Al Jarrah estuviera al tanto de que los dos eran miembros de Al Qaeda y que estuvieran planeando ataques terroristas. Además, "no había razón para creer que los saudíes nos darían acceso a él", agregó el exfuncionario.
Mientras las familias de las víctimas del 11-S sospechan que los ataques fueron una conspiración orquestada por Arabia Saudita, la Comisión Nacional sobre los ataques terroristas en EE.UU. (también conocida como Comisión del 11-S) concluyó que no hay evidencia definitiva de que el Gobierno o altos funcionarios de Arabia Saudita financiaran Al Qaeda.
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