El represor Gonzalo Sánchez, quien está acusado de haber participado en 1977 del secuestro y desaparición del escritor y periodista argentino Rodolfo Walsh, fue extraditado hoy a Buenos Aires desde Río de Janeiro, en donde fue detenido el pasado viernes.
Sánchez, de 69 años, fue trasladado en un operativo especial debido a la cuarentena y el cierre de fronteras que rige en Argentina por la pandemia de coronavirus. Primero lo llevaron a la ciudad brasileña Foz de Iguazú y luego fue entregado a las autoridades en la argentina Puerto Iguazú, para después volar hacia Buenos Aires.
Ahora, el exprefecto enfrentará un juicio por crímenes de lesa humanidad en el que se le acusa de haber formado parte del operativo que se llevó a cabo el 25 de marzo de 1977 en un céntrico barrio de Buenos Aires para secuestrar a Walsh, uno de los escritores más importantes de América Latina que, además, formó parte de la organización guerrillera Montoneros y que combatió a la dictadura que tomó el poder en 1976 en su país.
De acuerdo con las investigaciones, Walsh fue llevado a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que fue uno de los principales centros clandestinos de detención durante el gobierno militar. El autor de clásicos como "Operación masacre" ya iba herido de bala, pero su cuerpo nunca se encontró, por lo que forma parte de la lista de 30.000 desaparecidos que dejó la dictadura.
Sánchez, quien ha sido identificado por testigos como miembro del grupo que secuestró a Walsh, y que también participó en las detenciones ilegales, torturas y desapariciones cometidas en la ESMA, escapó a Brasil desde el año 2000, pero en 2011 el juez argentino Sergio Torres inició el proceso de extradición que dos años más tarde permitió su arresto en la ciudad de Angra dos Reis. En 2016 se le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria, pero escapó y permaneció prófugo hasta ahora.
El 26 de octubre de 2011 fueron condenados 13 represores emblemáticos implicados en el secuestro y desaparición de Walsh, entre ellos Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Jorge "Tigre" Acosta, pero todavía faltaba capturar a Sánchez, quien durante la dictadura tenía un cargo menor como prefecto naval.
La cancillería informó el pasado martes que la justicia brasileña había autorizado la extradición, y reveló que, por la importancia del arresto como una contribución al proceso de memoria, verdad y justicia, el presidente Alberto Fernández seguía con detalle los trámites de este proceso.