El epidemiólogo principal de la Agencia de Salud Pública de Suecia, Anders Tegnell, quien ideó la estrategia sueca de evitar medidas estrictas ante el brote de coronavirus, insiste en que su enfoque ha sido correcto, pese a que entre los países escandinavos es ese el que registra más casos y más decesos por causa del covid-19. Ahora sus muertes per cápita son más de cuatro veces mayores que en Dinamarca y nueve veces las de Noruega.
"Hasta ahora creo, aun teniendo en cuenta el exceso de muertes, que ha funcionado", dijo el epecialista a la agencia italiana ANSA, y agregó que considera que el cierre del país, donde hasta el momento se han registrado más de 3.600 muertes por la enfermedad, "no habría hecho tanta diferencia".
"Cada muerte es un inmenso disgusto, es terrible ver morir a un número tan grande de personas, pero hay muchos otros aspectos a tener en cuenta al evaluar un enfoque único. Como, por ejemplo, el daño que se causa socialmente a largo plazo", argumentó Tegnell.
Los ancianatos han sido especialmente afectados por la propagación del coronavirus en Suecia. "Realmente pensamos que nuestros hogares de ancianos serían mucho mejores para mantener lejos esta enfermedad de lo que en verdad han sido", dijo el epidemiólogo en una entrevista para el programa estadounidense The Daily Show, y agregó que otros países han experimentado problemas similares.
El modelo sueco
La estrategia de Suecia no se tradujo en cuarentenas obligatorias ni cierres de la mayoría de los negocios. Aunque las autoridades alentaron a trabajar desde casa siempre y cuando sea posible, y los estudios universitarios empezaron a ser impartidos a distancia, las escuelas primarias y secundarias permanecen abiertas, al igual que bares, restaurantes, gimnasios y peluquerías.
Se suspendieron las visitas a las residencias de ancianos, se emitieron recomendaciones para que los mayores de 70 años y aquellos que se sientan mal permanezcan en sus casas, al tiempo que se prohibieron las reuniones de más de 50 personas, pero esta estrategia, defendida arduamente por Tegnell, ha afrontado críticas de los propios trabajadores de salud del país, aunque sí obtuvo vasto apoyo popular.
Segun los últimos datos de la Agencia de Salud Pública, en el país se han producido más de 30.000 contagios y 3.698 personas han muerto, mientras que 1.853 han tenido que pasar por unidades de cuidados intensivos.