Unas horas después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmara que está tomando hidroxicloroquina para disminuir los posibles síntomas en caso de contraer el coronavirus —un anuncio que no les pasó por alto a los medios, dado que el fármaco tiene efectos secundarios significativos y su efectividad contra el covid-19 no ha sido demostrada— la Casa Blanca presentó un memorando elaborado por Sean P. Conley, médico personal del mandatario.
El doctor indica que "el presidente goza de muy buena salud y se ha mantenido sin síntomas" a pesar de que hace dos semanas su valet personal fuera diagnosticado con la infección.
En cuanto a la hidroxicloroquina, Conley defiende su uso, aunque no afirma explícitamente que lo haya prescrito.
"Después de numerosas discusiones que él y yo tuvimos con respecto a la evidencia a favor y en contra del uso de hidroxicloroquina, concluimos que el beneficio potencial del tratamiento superaba los riesgos relativos", señala el médico, y asegura que monitorea los estudios sobre el covid-19 y aplica "decisiones médicas accesibles y basadas en la evidencia disponible".
Una cura dudosa
En marzo vieron luz dos artículos, uno de científicos chinos y otro de franceses, que aseveraban que el fármaco contra la malaria hidroxicloroquina —en el artículo francés, junto con el antibiótico azitromicina— es eficaz contra el SARS-CoV-2. No obstante, dos grandes estudios posteriores, cada uno efectuado con alrededor de 1.400 pacientes en Nueva York, no encontraron que ese medicamento tuviera ningún efecto beneficioso.
En una situación de ausencia de medicamentos contra el nuevo virus, Trump casi de inmediato empezó a promover el uso de hidroxicloroquina y su fármaco original, la cloroquina, contra el covid-19, aunque las autoridades médicas estadounidenses negaron que hubieran sido aprobadas.
El mes pasado, en Brasil —cuyo presidente, Jair Bolsonaro, también promueve la hidroxicloroquina— murieron 11 pacientes que participaban en un ensayo clínico sobre la cloroquina. Los médicos señalaron que la hidroxicloroquina también puede ocasionar daños considerables a algunos enfermos.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos advirtió a los trabajadores sanitarios que el medicamento no debe usarse fuera del hospital debido a sus efectos secundarios, que en ocasiones pueden resultar fatales.