El exnadador estadounidense Michael Phelps, uno de los deportistas olímpicos más galardonados de la historia, ha revelado que nunca se curará de los problemas de salud mental que sufre, y que la cuarentena por la pandemia de coronavirus ha sido una de las etapas "más aterradoras" de su vida.
Phelps, de 34 años, se retiró de la natación en el 2016 tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y dos años más tarde confesó que pese a sus logros había estado al borde del suicidio, a causa de la profunda depresión que sufría. Además, comentó que había superado esa etapa, pero ahora reconoce que es mentira.
"Muchos de nosotros estamos luchando contra nuestros demonios de salud mental, ahora más que nunca", dijo el exnadador en una carta publicada este lunes en ESPN. "Las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, eso nunca desaparece. Tienes días buenos y malos. Pero nunca hay una línea de meta al final", admitió.
"Siempre estoy a la defensiva"
Phelps, que a lo largo de su carrera ganó 23 medallas olímpicas de oro, manifiesta que "nunca" se curará de sus trastornos, y que ha tenido que aceptarlo y aprender a lidiar con ello. "Alguien que no entiende con qué lidian las personas con ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático no tiene idea" de lo que eso significa, señaló.
Asimismo, subrayó que el confinamiento es un desafío para él. "Me vuelve loco. Estoy acostumbrado a viajar, competir, conocer gente. Esto es una locura. Mis emociones están por todos lados. Siempre estoy al límite. Siempre estoy a la defensiva".
También ha confesado que durante su carrera como deportista profesional la piscina era su escape, donde desahogaba toda su ira y la usaba como motivación. Pero ahora, hay momentos en los que se siente "absolutamente inútil" y su ira está por las nubes, lo que en ocasiones provoca fuertes discusiones con su esposa. Reveló que el gimnasio, así como su pareja y sus hijos le ayudan a llevar una vida mejor.