Argentina entrará este viernes formalmente en moratoria al no pagar vencimientos de su deuda externa por 503 millones de dólares, pero continúa las negociaciones con los bonistas con la intención de llegar a un acuerdo el 2 de junio, aunque el plazo podría volver a extenderse.
A diferencia de otras ocasiones en que un 'default' provocaba incertidumbre política, económica y social, el inicio de multimillonarios juicios internacionales e incluso hacía tambalear al gobierno de turno, ahora el mantenimiento del diálogo con los acreedores, los altos niveles de popularidad del presidente Alberto Fernández y las condiciones externas moderan las lecturas apocalípticas inmediatas.
Uno de los aspectos particulares es que el impacto de la pandemia del coronavirus es tan negativo para la economía mundial, que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reconocido que la deuda argentina, en las condiciones en las que la dejó el expresidente Mauricio Macri, no es sostenible, por lo que hizo un inédito llamado a los acreedores privados a generar "una contribución apreciable", es decir, a aceptar una quita.
La propuesta de Argentina que rechazaron los bonistas
Con el apoyo de la oposición, el Gobierno argentino dio a conocer el pasado 16 de abril su oferta de reestructuración de tres bonos específicos de la deuda externa por un monto de 66.238 millones de dólares. La propuesta era comenzar a pagar la deuda en 2023 con una quita del 62 % de intereses, lo que representaría un alivio de 37.900 millones de dólares para el país sudamericano. La quita de capital, en tanto, sería de un nivel mínimo del 5,4 %.
El gobierno fijó el 8 de mayo como plazo para que los acreedores dieran una respuesta, pero la mayoría de los bonistas rechazó esa primera oferta por considerarla insuficiente para sus intereses. En sus comunicados incluyeron quejas al considerar que el gobierno actuaba de manera unilateral y sin "buena fe".
Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán advirtieron en ese momento que el país no estaba en condiciones de pagar los 503 millones de dólares que vencían el 21 de abril, por lo que comenzó a correr el plazo legal de tolerancia que amplió a más tardar el 22 de mayo la fecha para cubrir los pagos.
Por eso hoy, al cumplirse ese plazo, y como Argentina no pagará, el país entrará en un 'default', pero Fernández tiene expectativas de que finalmente se llegará a un acuerdo con los acreedores, ya que no descartan por completo las rebajas y quieren cobrar entre el 50 % y 60 % del valor original de sus bonos, mientras que el gobierno ofrece pagarles el 40 %, aunque este viernes confirmó que modificará su oferta.
Respaldo del FMI
Además del inusual respaldo del FMI, Argentina logró que su propuesta fuera apoyada por cientos de prestigiados economistas extranjeros, entre ellos el premio Nobel Joseph Stiglitz, Thomas Piketty y Jeffrey D. Sachs, quienes publicaron un documento titulado 'Es esencial la reestructuración de la deuda privada argentina', en el que advirtieron que una resolución responsable sentaría un precedente positivo, no solo para el país, sino para el sistema financiero internacional en su conjunto.
Anoche, en vísperas de la moratoria, el ministerio de Economía explicó en un comunicado que extendía por lo menos al 2 de junio el "periodo de invitación" para canjear los bonos de la deuda con condiciones diferentes a las que fueron emitidos, pero dejó abierta la puerta a que haya una nueva prolongación.
"El gobierno continúa recibiendo opiniones y sugerencias de inversores acerca de diferentes caminos para mejorar el valor de recupero… se encuentra analizando estas sugerencias para maximizar el apoyo de los inversores, preservando al mismo tiempo sus objetivos de sostenibilidad de la deuda", afirmó.
Al confirmar que Argentina tiene toda la intención de pagar, aseguró que una reestructuración exitosa de la deuda contribuirá a estabilizar la economía y a reencauzarla a un crecimiento en el largo plazo.
"Estamos en 'default' desde hace meses"
En los últimos meses Fernández ha insistido en reiteradas ocasiones en que Argentina se encuentra en una moratoria virtual desde el año pasado, ya que el nivel de endeudamiento de Macri fue tan alto, que terminó haciendo impagables sus compromisos.
El gobierno macrista incluso puso de moda un eufemismo para no reconocer que estaba en 'default', ya que en agosto del año pasado anunció un 'reperfilamiento' de la deuda que postergaba el pago de 105 millones de dólares, por lo que, en los hechos, el país se mantuvo al borde de la cesación de pagos durante las campañas presidenciales, las elecciones y la transición de gobierno y la gestión de Fernández que comenzó el pasado 10 de diciembre.
"Leo en los diarios que corremos el peligro de caer en 'default' mañana y yo me preguntó por qué mienten así. Si estamos en 'default' desde hace meses, desde antes de diciembre que estamos en 'default', solo que no lo escriben, solo que lo ocultan, pero no vamos a someter a la Argentina a nuevos compromisos que no podamos cumplir", insistió ayer el presidente.
De acuerdo con datos oficiales, la deuda externa bruta de Argentina ascendió a fines de 2019 a 277.648 millones de dólares y representa el 91,6 % del Producto Interno Bruto, lo que implica una carga inviable para un país que, antes de la pandemia, ya padecía una crisis económica que incluía niveles récord de inflación, pobreza y devaluación.
El economista argentino Hernán Letcher cree que la decisión de ampliar los plazos de negociación por parte del Gobierno de Alberto Fernández es "correcta", aunque advierte que el contexto de la pandemia podría perjudicar las condiciones de un posible acuerdo.
De todos modos, el especialista sostiene que "hay que desdramatizar el default". "Argentina ya estuvo en default y se endeudaba al mismo nivel que estando fuera de él. Además, en este momento, no hay un interés de tomar deuda en el plano internacional", señaló Letcher en diálogo con RT.
"Es cierto que si hay muchas tensiones cambiarías necesitás dólares, y si no los tenés, te enfrentas a un problema. Pero la verdad, no es el caso de Argentina. Hoy, la preocupación del Gobierno está centrada en atender la problemática del coronavirus", afirmó.