El canciller venezolano, Jorge Arreaza, repudió este viernes que el enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, confesara abiertamente "la perversa responsabilidad del gobierno de Donald Trump en la escasez de gasolina en Venezuela".
En un tuit, el ministro de Exteriores venezolano denunció que Washington amenaza con más "sanciones a navieras, puertos y aseguradoras, que faciliten los envíos de gasolina" al país.
Las declaraciones surgen después que Abrams afirmara, en entrevista con Reuters, que gobiernos y empresas extranjeras podrían enfrentar severas sanciones "si ayudan a la flotilla de petroleros de Irán que lleva combustible a Venezuela".
Abrams también admitió que Trump mantiene una campaña de presión "para asegurarse de que todos reconozcan que ayudar sería una transacción muy peligrosa".
Durante los últimos días, Venezuela ha recibido cuatro buques petroleros iraníes (Fortune, Forest, Petunia y Faxon) para abastecer la demanda interna de combustible y espera otro más. Entre los cinco, se contabiliza un total de 1,53 millones de barriles de gasolina y alquilato.
Sin embargo, Abrams advirtió que Venezuela ya no encontrará "propietarios de barcos, aseguradoras, capitanes y tripulaciones dispuestos a participar en estas transacciones en el futuro". Al respecto, Arreaza afirmó que estas afirmaciones se sumarán a las pruebas presentadas por Caracas ante la Corte Penal Internacional (CPI) sobre el impacto de las sanciones unilaterales de EE.UU. en el país caribeño.
Por último, el canciller lamentó que el gobierno de Trump insista en intervenir en los asuntos internos de Venezuela, mientras "sus calles arden ante la furia y la frustración de una población segregada, excluida y humillada", en alusión a las protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd, quien fue asfixiado por un policía de Mineápolis, EE.UU.
"Washington da señales inequívocas de desorientación y decadencia imperialista", dijo Arreaza, quien agregó que pese a las agresiones "Venezuela sigue en pie".