En la ciudad china de Wuhan, epicentro del brote del coronavirus, no hay nuevos contagios. Este es el resultado que se desprende de una campaña a gran escala de test a los ciudadanos de esta localidad asiática, ante la preocupación de que se produzca una segunda ola de infectados.
La autoridades de la ciudad decidieron el pasado 14 de mayo iniciar un nuevo tramo de pruebas para detectar el covid-19, después de que un grupo de nuevos positivos al inicio del pasado mes hiciera saltar las alarmas de un posible rebrote de infección, debido a la flexibilización de las medidas restrictivas como el fin del confinamiento.
Tras realizar casi 10 millones de test desde mediados de mayo hasta el 1 de junio, según la Comisión Municipal de Sanidad de Wuhan, citada por Reuters, funcionarios chinos anunciaron la buena noticia: no hay nuevos casos de la enfermedad. Sí se detectaron 300 casos asintomáticos aunque, según comentaron, no fueron infecciosos. Hay que recordar que China no cuenta estos casos como personas confirmadas con el virus.
Esta nueva campaña de detección del virus se realizó principalmente en comunidades residenciales donde se registraron brotes con anterioridad y en edificios antiguos y densamente poblados. La masiva realización de test ha supuesto un coste de más de 126 millones de dólares.