En una reunión de la Sociedad Astronómica Americana, el astrónomo Lior Shamir de la Universidad de Kansas (EE.UU.) presentó el análisis de datos sobre más de 200.000 galaxias espirales. Según su nuevo estudio, los patrones geométricos de estas galaxias muestran que el universo puede tener una estructura definida, y que el universo temprano podría haber estado girando. Este hecho confirmaría su anisotropía, es decir, que sus propiedades son diferentes en diferentes partes del universo.
De esta manera, los nuevos datos contradicen la popular idea de que el universo se está expandiendo sin ninguna dirección específica y que las galaxias se distribuyen sin una estructura cosmológica particular. Según el estudio de Shamir, los patrones en la distribución de estas galaxias sugieren que las galaxias espirales en diferentes partes del universo, separadas por espacio y tiempo, están relacionadas a través de las direcciones hacia las que giran.
Si el universo, como se ha creído ampliamente, no tiene una estructura particular, el número de galaxias que giran en sentido horario sería aproximadamente igual al número de galaxias que giran en sentido antihorario, ya que su apariencia visual depende de la perspectiva del observador. Shamir utilizó datos de telescopios modernos para descubrir que estos dos números no son iguales. La diferencia es pequeña, pero existe muy poca probabilidad de tener tal asimetría por casualidad, sugiere el investigador.
Además, descubrió que la asimetría entre las direcciones de rotación de las galaxias espirales aumenta cuando estas están más distantes de la Tierra, lo que demuestra que el universo primitivo era más consistente y menos caótico que el universo actual. Los patrones, que abarcan más de 4.000 millones de años luz, no solo muestran que el universo no es simétrico, sino que la asimetría cambia en diferentes partes del universo, y que las diferencias exhiben un patrón único de multipolos.
Las diferencias en la asimetría en diferentes partes del universo son consistentes con un patrón cuadrupolo, es decir, el universo no estaba girando alrededor de un solo eje, sino cuatro ejes en una alineación compleja.
"Si el universo tiene un eje, no es un eje simple como un carrusel. Es una alineación compleja de múltiples ejes que también tienen una cierta deriva", explicó Shamir. El concepto en sí no es nuevo, pero esta vez, según el astrónomo, "no hay ningún error o contaminación que pueda exhibirse a través de patrones únicos, complejos y consistentes".
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