El Gobierno de EE.UU. ha calificado de "delincuentes" a quienes protestan en el país por el homicidio de George Floyd la semana pasada en Mineápolis (Minesota, EE.UU.). Sin embargo, cuando se trata de manifestaciones en otros lugares, como por ejemplo en Hong Kong, los protagonistas de los hechos se convierten en héroes.
En un tuit, un vocero de las autoridades chinas hizo referencia a este punto y explicó que mientras Washington califica de "luchadores por la libertad" a los manifestantes de las protestas en Hong Kong, los que salen a las calles en EE.UU. son denominados "saqueadores, delincuentes y anarquistas profesionales".
Y no se trata solo de China. Hay muchas naciones que han vivido disturbios y EE.UU. los ha alabado e incluso apoyado explícitamente.
En Venezuela, cuando ocurrieron las protestas el año pasado lideradas por la oposición, el presidente estadounidense, Donald Trump, señaló que el pueblo venezolano estaba "en pie por la democracia" y que EE.UU. se encontraba a su lado.
También en Irán, en las manifestaciones de 2019 por el alza de los combustibles de la gasolina que después fueron cambiando y se volvieron más violentas, Trump apuntó: "EE.UU. apoya al valiente pueblo de Irán que protesta por su libertad".
"Racismo económico"
En cuanto al motivo de las protestas en EE.UU., el periodista Andrés Thomas Conteris cree que el racismo forma parte de la estructura estatal del país norteamericano.
"La realidad en EE.UU. es tal que cualquier cosa que amenaza al sistema capitalista del imperio –el imperio económico y militar más grande en la historia del mundo–, cualquier cosa que amenaza a eso es considerado un enemigo", destaca.
Conteris opina que la violencia desatada en EE.UU. es causa de "un racismo económico y esa realidad es lo que fuerza, con todo tipos de instrumento que tiene el imperio, a aplastar a la resistencia".
"Cuando esto pasa en otros países, especialmente países que no son aliados con EE.UU., la protesta surge y son considerados héroes, pero cuando pasa en EE.UU. se consideran hasta terroristas", añade.
El periodista destaca que la trayectoria de violencia en EE.UU. demuestra que es "estructuralmente un estado racista, un estado donde las personas que no son blancas sufren violaciones de derechos humanos mucho más que otras poblaciones".
"Ese racismo cada rato estalla en protestas, porque es una población que ha sufrido tanto esta violencia estructural que necesita entrar en rebeldía, y es exactamente lo que estamos viendo ahora en más de 40 ciudades de EE.UU. que han tenido que implementar el toque de queda", concluye.