Manifestantes en Brasil exigen justicia por la muerte del niño negro Miguel da Silva, hijo de una empleada doméstica

Cientos de brasileños salieron a las calles este viernes por la muerte de Miguel da Silva, un niño negro de cinco años cuya madre, una trabajadora doméstica, lo había dejado a cargo de su empleadora al irse a pasear al perro de la familia. 

El niño murió el martes tras caer del noveno piso de un edificio de lujo en el centro de la ciudad de Recife (estado nororiental de Pernambuco), donde trabajaba su madre, Mirtes Renata. Se informó de que la mujer trabajaba para el alcalde del municipio de Tamandaré y su esposa.

"La primera y única vez que le confié mi hijo a ella, ella lo dejó ir para la muerte", dijo Renata en una entrevista a O Globo.

Según imágenes de la cámara de seguridad mostradas por medios brasileños, la empleadora se ve conversando con el niño mientras este estaba en el ascensor, luego la mujer presionó un botón y se fue dejando a Miguel solo. Según los medios, después de salir del ascensor, el niño subió por la barandilla de un balcón antes de caer al vacío.

"Es importante estar en esta protesta, porque la vida de Miguel representa la realidad de muchos otros niños negros, hijos de trabajadores domésticos. Podría haber sido cualquiera de nosotros", dijo la manifestante Nathália Ferreira a la agencia AFP.