Un estudio reciente proporciona una nueva y sencilla explicación de dos extraños fenómenos detectados en la Antártida en 2016 y 2018: señales de radio que parecían comportarse como neutrinos de alta energía y que salían de la Tierra en dirección al cielo.
Un grupo de científicos encabezados por Ian Shoemaker, profesor del Virginia Tech College of Science (EE.UU.), analizaron las dos anomalías, descubiertas en el marco del experimento ANITA (acrónimo en inglés de Antena Antártica de Impulso Transitivo). Este experimento, que se compone de una serie de antenas de radio instaladas en un globo a una altitud de más de 30 kilómetros, fue diseñado para detectar los pulsos de radio emitidos por las interacciones de neutrinos cósmicos de ultra energía con la capa de hielo de la Antártida. Los neutrinos son partículas subatómicas extremadamente pequeñas presentes en todo el universo y capaces de atravesar casi cualquier objeto prácticamente sin interactuar con la materia.
¿Explicación sencilla?
Unos 40 estudios realizados hasta la fecha ofrecen explicaciones muy dispares a las anomalías detectadas: desde neutrinos que pasaron sin trabas a través de todo el núcleo de la Tierra y salieron del suelo; hasta el muy buscado 'cuarto' neutrino, conocido como el neutrino estéril, pasando por la misteriosa 'materia oscura' del espacio o la sugerencia de que se trata de una frontera completamente desconocida de la física de partículas y/o astrofísica que merece un Nobel.
Sin embargo, Shoemaker propone una explicación diferente y más sencilla de las anomalías. En su artículo, publicado en la revista Annals of Glaciology, Shoemaker y sus colegas sugieren que las anomalías no provienen de los neutrinos, sino que, simplemente, son reflejos de los rayos cósmicos de energía ultraalta que llegan desde el espacio, pasan a través de la capa superior de hielo y golpean la nieve profunda y compacta conocida como firn.
"Creemos que esta nieve de superficie subterránea es la culpable", apunta Shoemaker en un comunicado, explicando que "la firn es algo entre la nieve y el hielo glacial", una especie de "nieve compactada que no es lo suficientemente densa como para ser hielo". "Por lo tanto, puede tener inversiones de densidad, con rangos donde se pasa de alta densidad a baja densidad, y ese tipo de interfaces cruciales donde esta reflexión puede ocurrir podría explicar estos eventos", detalla el investigador.
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