El presidente del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, se disculpó por participar en la caminata del presidente Donald Trump desde la Casa Blanca hasta la Iglesia de San Juan para una controvertida sesión de fotos después de que las autoridades usaran gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en gran medida pacíficos.
"No debería haber estado allí", aseveró el alto funcionario del Pentágono durante un discurso televisado. "Mi presencia en ese momento y en ese ambiente creó una percepción de que los militares están involucrados en la política interna".
Milley y el secretario de Defensa, Mark Esper, fueron objeto de críticas por su participación en el evento. Asimismo, ambos habían sido designados anteriormente para formar parte de un centro de comando central para monitorear y contrarrestar los disturbios que azotan el país.
Ambos dijeron que creían que estaban acompañando al grupo para agradecer a las tropas de la Guardia Nacional y otros agentes de la ley fuera de Lafayette Square, dijo Esper la semana pasada.
"Como oficial uniformado comisionado, aprendí de ese error", aseveró, por su parte, Milley.
Además, el jefe de Estado Mayor aseguró que él, como muchos estadounidenses, está "indignado" a raíz del "asesinato sin sentido y brutal" de George Floyd. Agregó que su muerte "amplificó el dolor, la frustración y el miedo con el que muchos de nuestros compatriotas viven día tras día".
"Las protestas que siguieron no solo hablan de su asesinato, sino también de los siglos de injusticia hacia los afroamericanos. Todos deberíamos estar orgullosos de que la gran mayoría de las protestas hayan sido pacíficas", destacó el militar.