"A sus 84 años, la vida ha vuelto a sorprenderle": Un jubilado de Madrid pierde su e-book y los tuiteros crean una colecta para regalarle uno nuevo
El pasado domingo, Carol, una joven periodista, paseaba con sus amigas por el parque de la Cuña Verde, en el barrio madrileño de Moratalaz, cuando le llamó la atención un cartel de papel pegado al respaldo de un banco. "Olvidado aquí libro electrónico. Jubilado agradecería su devolución", rezaba la nota, en la que constaba también un número de teléfono móvil.
Carol pensó entonces que podría aprovechar que tiene un par de miles de seguidores en las redes sociales para darle más difusión al mensaje, y no dudó en hacerle una foto. Inmediatamente la subió a Twitter junto a un sencillo mensaje: "Por favor, gente, un poco de humanidad".
Ese tuit fue el principio de una de esas historias que hacen que el mundo parezca un lugar mejor.
Por favor, gente, un poco de humanidad. 🙏 pic.twitter.com/cruUYfJSIu
— Carol Mundi (@carolgMundi) June 8, 2020
"Como mucho pensaba que alguna asociación del barrio se haría eco del asunto y tal vez podría llegar a algunos vecinos, y con suerte apelaría a la consciencia de la persona que lo hubiera cogido para que se lo devolviera", confiesa Carol, que aún se encuentra abrumada por el inesperado alcance que tuvo su acción, que superaría con creces sus modestas expectativas.
Porque lo que pasó es que su tuit dio paso a una iniciativa mucho más práctica, solidaria y conmovedora:
Si no aparece, ¿porque no arrimamos el hombro entre todos los que hemos comentado y le regalamos uno?
— Fran Ramírez (@Sar_Ramirez) June 9, 2020
"¿Por qué no arrimamos el hombro entre todos los que hemos comentado y le regalamos uno?" sugirió un tuitero. La idea prendió como la pólvora en la red social:
Avisa, me uno a la colecta. Incluso tengo en mi biblioteca muchos libros electrónicos que con gusto se los puedo enviar en un archivo.
— april itriago (@aprilitriago) June 9, 2020
Nos dices algo y entre todos damos un poquito y que tenga uno nuevo
— Ponce (@jponcesa) June 9, 2020
Cuenta conmigo!! Muchos pocos hacen mucho
— Arancha (@aranchasegura) June 9, 2020
En pocas horas, decenas de personas se habían ofrecido a colaborar, incluso desde fuera de España.
Me uno a la colecta. También tengo montones de libros que le puedo enviar a su futuro Ebook en un archivo para que no pare de leer 👍👍
— Carlos Gómez (@Carlosjomez) June 9, 2020
Yo participo también. Gesto muy bonito, gracias.
— Pablo (@Saghi84) June 10, 2020
Colaboro desde Argentina!!!
— Javier Godino (@elgaditanoarg) June 9, 2020
Mientras tanto, Jacinto, el jubilado de 84 años que había olvidado su e-book en el parque, permanecía ajeno al revuelo encantador que había empezado formarse en Twitter. Pero no tardaría en enterarse: la propia Carol le llamó, para comprobar si había recuperado el dispositivo por su cuenta. Cuando Jacinto le confirmó que no, ella le explicó lo que estaba pasando y acto seguido se puso manos a la obra para coordinar la colecta. "Jacinto no se lo podía creer", recuerda riendo.
"Me vi sobrepasada, había más de 100 personas dispuestas a colaborar", cuenta la joven periodista, que explica que fue su hermano quien le recomendó que abriera un fondo común en PayPal para que la gente que lo deseara hiciese sus aportaciones.
Y eso fue lo que hizo, con un éxito rotundo, por cierto: en menos de dos horas reunieron el dinero necesario, y durante el tiempo que permaneció abierto el fondo común las donaciones sumaron un total 430,7 euros, casi el triple de lo que necesitaban para reponer el e-book de Jacinto.
La nave esa que sale ahí en medio representa cómo me siento.Joder, qué pasada, no? Yo pensé que limaría la conciencia de alguien y Jacinto recuperaría su libro.Pero es que, con esto, no sólo le habéis hecho un regalo a él. Me lo habéis hecho a mí y a toda la humanidad. Gracias pic.twitter.com/DGNEflSl2B
— Carol Mundi (@carolgMundi) June 10, 2020
"Con el dinero le compramos el libro electrónico nuevo, que nos costó 130 euros, más una funda de 30 euros, y hemos empleado otros 40 euros en una tarjeta regalo para que se compre en Amazon los libros que él quiera", detalla Carol, que explica además que el resto del dinero recaudado, unos 230 euros, se donará a una red de cuidados del barrio de Moratalaz, que ayuda a personas necesitadas a través de varias despensas solidarias ubicadas en el distrito.
"Aún no me lo puedo explicar"
A Jacinto aún le cuesta entender "que una cosa tan simple como puede ser el olvido de un libro electrónico que vale 100 o 130 euros haya desencadenado tanta solidaridad". Se encuentra aún "asombrado" y encantado con lo sucedido.
"Para mí ha sido una sorpresa enorme, porque por mi edad yo no entiendo mucho de redes sociales; algo entiendo, pero muy poquito", explica Jacinto por teléfono. "Esto ha sido una explosión de gente solidaria y aún no me lo puedo explicar", agrega.
Y es que, desde su punto de vista, la historia resulta, en efecto, especialmente sorprendente. "El libro me lo olvidé el domingo por la mañana, sobre las once y media o doce menos cuarto; y por la tarde volví al parque y puse el cartel con la idea de ver si la persona que lo hubiera encontrado, si tenía intención de devolverlo, supiera a quien se lo podía entregar". Sus expectativas, como puede apreciarse, también eran relativamente modestas. "Mi sorpresa fue lo que se desencadenó entonces a través de Carol", dice riendo.
Niño de la posguerra y voraz lector
"Me gusta leer prácticamente de todo –cuenta este vecino del barrio de Moratalaz– pero tengo pasión por la Edad Media y por los temas de nuestra guerra pasada [la Guerra Civil española (1936-1939)], puesto que he sido un niño de la posguerra y he leído ya bastante sobre eso.
Por lo demás, se confiesa un lector de "libros de los gordos, no de los finos", y cita como ejemplo algunos títulos, como 'La Catedral del Mar', de Ildefonso Falcones, 'La Sombra del Viento', de Carlos Ruíz Zafón o 'Los Pilares de la Tierra', de Ken Follet. "Son libros que me han impactado bastante", reconoce.
Jacinto estaba leyendo la novela 'Los Miserables' de Victor Hugo, en el momento en que perdió su dispositivo. Ahora podrá retomar la lectura donde se interrumpió, y seguir leyendo cuanto le apetezca en su nuevo e-book. "Internet tiene cosas muy malas, pero también tiene cosas buenísimas", añade Jacinto, degustando de nuevo en su memoria lo que acaba de sucederle.
La entrega
Fue este jueves cuando Carol se encontró con Jacinto para darle el nuevo dispositivo comprado con el dinero de la colecta espontánea.
"Hoy he conocido a Jacinto. Y tenía la necesidad de que lo supierais porque me ha pedido que os transmita su gratitud", explica la joven periodista en un tuit. "Está asombrado. Y, a sus 84 años, la vida ha vuelto a sorprenderle", añade.
Hoy he conocido a Jacinto. Y tenía la necesidad de que lo supierais porque me ha pedido que os transmita su gratitud. Está asombrado. Y, a sus 84 años, la vida ha vuelto a sorprenderle. Cuando le entreguemos el libro, cada uno de vuestros nombres estará. Y lo veréis. Gracias ❤️ pic.twitter.com/uSKZPjFg4a
— Carol Mundi (@carolgMundi) June 11, 2020
"¿Puede ser esto lo más bonito que he hecho en mi vida?", se pregunta una exultante Carol en otro tuit, agradeciendo a continuación la participación de "la maravillosa gente de Twitter", sin la cual "nada habría sido posible".
Carol confiesa además que, desde hace algún tiempo, se sentía "un poco decepcionada con la humanidad". Ahora, después de esta entrañable e inesperada historia en torno al libro perdido de Jacinto, admite que tiene una percepción muy distinta.