El comisionado de la Policía de Nueva York, Dermot Shea, anunció este lunes en conferencia de prensa un "cambio sísmico" en la estructura policial, al dar a conocer la disolución de las unidades anticriminales integradas por oficiales vestidos de civil, según recoge la NBC.
Las reformas, anunciadas como parte de la estrategia para enfocarse en acciones dirigidas a la comunidad, afectarán a cerca de 600 oficiales que actualmente pertenecen a estas unidades, quienes serán reasignados como policías de vecindario. Asimismo, Shea aseguró que algunos agentes podrían pasar a desempeñarse como detectives.
El comisionado reconoció los esfuerzos cumplidos por las unidades hasta ahora existentes para sacar las armas de la calle, y dijo que ese combate proseguirá, pero a partir del uso de la tecnología y la información provista por los agentes de inteligencia, en lugar de las tradicionales redadas dirigidas a los sospechosos de portación de armas.
"Yo consideraría esto en el ámbito del cierre de uno de los últimos capítulos sobre detención, interrogatorio y cacheo", dijo Shea.
La disolución de tales unidades "se sentirá inmediatamente en las cinco fiscalías, se sentirá inmediatamente en las comunidades que protegemos", enfatizó el funcionario, y advirtió que la transición debe hacerse "de manera que construya confianza entre los oficiales y la comunidad".
Estos cambios al interior de la Policía neoyorquina, influenciados por las protestas en contra de la brutalidad policial y el racismo, se suman a la prohibición de utilizar llaves asfixiantes contra los detenidos y a la eliminación de la ley que restringía el acceso a los antecedentes de los policías.