El legendario luchador de la WWE Mark Calaway, más conocido como 'The Undertaker', ha anunciado que en esta etapa de su carrera no quiere volver al 'ring' y que le parece que es "el momento correcto" para poner fin a una carrera de más de 30 años.
Aunque no descarta un eventual regreso al cuadrilátero, en el último episodio del documental de la WWE 'The Last Ride' ('El último viaje'), estrenado este domingo, el icono de la lucha libre aseguró que no le queda "nada por conquistar o conseguir" en la industria. Y tiene todas las razones para decirlo.
Épicas rivalidades y combates innovadores
Tras su debut como The Undertaker en 1990, Calaway logró estar siempre a los niveles de la élite de la lucha libre, ganando una variedad de títulos en la empresa, y manteniendo a su personaje relevante e interesante para el público a lo largo de tres décadas. Y lo logró no solo gracias a su talento como luchador, su forma física y su control total sobre las emociones en el 'ring', sino también por las rivalidades que ha protagonizado a lo largo de los años contra luchadores como Shawn Michaels, Triple H, 'Stone Cold' Steve Austin o Hulk Hogan, entre otros.
Uno de los adversarios más destacados del Enterrador es, sin duda, Kane. El luchador y ahora político Glenn Jacobs, quien encarnó a la 'Gran Máquina Roja', resultó tener una química perfecta con Calaway y durante más de dos décadas fue tanto su rival como su compañero en el cuadrilátero. En 1997, mientras The Undertaker luchaba contra Shawn Michaels en el primer combate de la historia tipo 'Hell in a Cell' ('Infierno en una celda'), el público quedó atónito con el inesperado debut de Kane, que le costó al Hombre Muerto la victoria en esa pelea.
El personaje de Kane, vestido de rojo y negro y con su característica máscara, siempre aparecía en el 'ring' rodeado de fuego y en 1998, durante su primera rivalidad con The Undertaker, los dos gigantes incluso se enfrentaron en el primer combate 'Inferno', cuyas reglas estipulaban que, para ganar, un luchador tenía que prenderle fuego al otro. The Undertaker acabó ganando esa pelea, así como la siguiente del mismo tipo que ambos protagonizaron el año siguiente.
El mismo 1998 estuvo marcado por otro épico enfrentamiento dentro de la celda, cuando The Undertaker derrotó a Mankind (Mick Foley) en un combate que llegó a ser uno de los más conocidos de toda la historia de la lucha libre debido a las brutales caídas de Foley desde la cima de la celda 'infernal' y las lesiones que sufrió.
El mismo Mankind había sido el rival del Enterrador en la primera pelea 'Enterrado vivo', que tuvo lugar en 1996. En esa ocasión Foley acabó derrotado, como lo fue también tres años después, cuando junto a 'La Roca' se enfrentó al Hombre Muerto y a Big Show en otra lucha del mismo tipo.
Además, durante la mayor parte de la primera etapa de su carrera el Enterrador siempre estuvo acompañado por su mánager Paul Bearer, que a menudo llevaba al 'ring' un ataúd en el que el luchador metía a sus rivales derrotados. Ya en 1992 la idea desembocó en el primer combate 'de ataúd', que estipulaba que un luchador debía meter a su rival en el féretro para obtener la victoria. En esa ocasión The Undertaker venció ante Kamala, y en los años posteriores agregó a la lista de sus 'víctimas' a luchadores como Yokozuna, Dwayne 'La Roca' Johnson, Kane, Mark Henry y Rusev, entre otros.
Misticismo y rituales ocultos
Una de las características más notables de The Undertaker siempre ha sido la atmósfera misteriosa que lo rodeaba. Durante la mayor parte de su carrera se desplazaba hacia el 'ring' entre sonido de campanas y al son de una marcha fúnebre.
El personaje inicialmente imitaba a un zombi, pero a lo largo de los años gradualmente fue desarrollando su estética, lo que le permitió al Hombre Muerto protagonizar escenas que parecían ser sacadas de una película de terror.
En 1999 The Undertaker se volvió aún más temible cuando se convirtió en líder de la agrupación The Ministry of Darkness ('El ministerio de la oscuridad'), que tenía la apariencia de una secta satánica que dejaba en 'shock' al público con sus malvados rituales y monólogos, en los que abordaban temas como las torturas o el canibalismo. Uno de los momentos más destacados de ese período fue la 'boda oscura' del Enterrador y Stephanie McMahon, hija del director de la WWE.
Racha de victorias en WrestleMania
En un récord que probablemente nunca será batido, The Undertaker consiguió una racha de 21 victorias consecutivas en WrestleMania, el principal evento anual de la WWE. No obstante, todos los seguidores del luchador quedaron atónitos cuando en 2014 perdió ante Brock Lesnar durante el WrestleMania XXX, un momento por el que muchos seguidores todavía no pueden perdonar a la empresa.
Sin embargo, el Enterrador no dejó de participar en ese evento anual, lo que en cierto grado llegó a ser una parte de su legado en la empresa y la industria en general. Aquí cabe destacar también el combate contra AJ Styles, que supuso la última victoria del Enterrador y, de momento, su último combate en la WWE. Tras sumar ese triunfo, The Undertaker ha conseguido un total de 24 victorias y dos derrotas en WrestleMania, luego de perder en 2017 ante Roman Reigns en el combate que —según se planeaba— iba a ser su última aparición en el 'ring'.
Retos físicos
Como en otros tipos de deportes o de entretenimiento, en la lucha libre hay cosas que quedan al descubierto solo después de varios meses o años. Sin duda alguna, también las hubo durante las más de tres décadas de carrera de Mark Calaway en la WWE, y algunos de estos 'secretos' tienen que ver con las lesiones.
Durante el ya mencionado combate contra Mankind dentro de la celda, nadie sabía que The Undertaker luchaba con un tobillo roto. Como el luchador reveló mucho más tarde, a pesar de saber que estaba lesionado optó por participar en el combate porque la industria atravesaba una importante etapa por la rivalidad entre la WWE y la WCW, que la empresa de Vince McMahon acabó ganando.
Asimismo, en 2010, durante el evento Elimination Chamber, sufrió un accidente mientras hacía su famosa entrada al cuadrilátero, que incluye fuego y niebla. Mientras se dirigía al 'ring' el Enterrador recibió el impacto de una bola de fuego, que le produjo quemaduras de primer y segundo grado. Pero el accidente no detuvo a Calaway, que llevó a cabo el combate hasta el final.
Además, la ya mencionada derrota ante Brock Lesnar en el WrestleMania XXX no solo le costó ese récord, sino que también marcó simbólicamente el principio de la última etapa de su carrera. La grave contusión cerebral que The Undertaker sufrió en ese combate —y por la que durante varias horas no pudo recordar mucho de lo que sucedió esa noche en el cuadrilátero, ni siquiera su nombre— le sirvió de aviso de que su organismo ya no podía con todas las lesiones y el impacto de tantos años en el cuadrilátero. Pese a ello, no se rindió y terminó el combate.
Gracias a sus habilidades tanto físicas como interpretativas, Mark Calaway llegó a ser una figura clave en la historia de la lucha libre y del deporte en general. Como ha dicho él mismo, "solo el tiempo dirá" si volverá al 'ring' o no, pero su legado en la industria ya está cimentado y nunca habrá un segundo Undertaker.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos! Y si quieres saber más sobre la lucha libre, te invitamos a leer este artículo