Li Dong, jefe de una cadena de farmacias en China, fue condenado a 15 años de prisión el viernes por vender mascarillas falsas en plena pandemia de coronavirus en el país. Sus dos socios también fueron sancionados por un tribunal en Pekín.
El caso se remonta al pasado mes de enero cuando Li compró y vendió a través de su red de farmacias más de 580.000 mascarillas falsas que se vendían como si fueran de la marca 3M. La demanda de este producto en aquel momento era enorme y la cadena pudo recibir ganancias de 4,3 millones de yuanes o aproximadamente 608.000 dólares.
Sin embargo, las autoridades locales comenzaron una investigación al recibir quejas por parte de los compradores por la baja calidad del producto. En febrero Li y sus socios fueron arrestados. Con anterioridad la empresa había sido multada por 100.000 yuanes o 14.000 dólares por especulación de mascarillas.
En China los esfuerzos para acabar con las compañías que fabrican o venden mascarillas falsas se intensificaron desde que el covid-19 empezó a propagarse por el mundo. En marzo el Gobierno del país afirmó que incautó más de 80 millones de mascarillas y 370.000 botellas de desinfectante por ser falsos o no tener la calidad necesaria.