La voz puede convertirse en un parámetro de identificación rápida de posibles enfermos de covid-19, de la misma forma que ya lo es la temperatura, la oxigenación de la sangre y la frecuencia cardíaca.
A través del análisis del habla, un grupo de investigadores de la Universidad de Sao Paulo espera crear una nueva herramienta que permita a los médicos realizar un diagnóstico preliminar temprano y a distancia de la enfermedad. se trata del proyecto Spira, acrónimo en portugués de 'Sistema de detección temprana de insuficiencia respiratoria mediante análisis de audio'.
"La idea es identificar por la voz si una persona que está hablando por teléfono o, por ejemplo, frente a la pantalla de una computadora, tiene un nivel de insuficiencia respiratoria que indica la necesidad de ir inmediatamente a un hospital para ser examinado por un equipo médico", explicó el coordinador del proyecto y profesor del Instituto de Matemáticas y Estadística de la universidad, Marcelo Finger, cuyos comentarios recoge el diario Coreio.
El programa informático, basado en la inteligencia artificial (IA), recopila grabaciones de frases estándar pronunciadas en voz alta. La cantidad de pausas, respiraciones y otros patrones presentes al pronunciar las frases pondría al descubierto problemas que no se perciben de forma consciente. Cuando esto sucede, el sistema emite una alerta al personal sanitario de forma remota para ponerse en contacto con el posible enfermo o sus allegados y trasladarlo a un hospital.
Evitar los diagnósticos tardíos
"La idea es que el sistema facilite el trabajo de detección de pacientes por parte de equipos médicos, especialmente en la actualidad, cuando el sistema sanitario esté sobrecargado", dice Finger.
Una colección de voces de hablantes de portugués provenientes de todas las regiones de Brasil recabada en los últimos 50 años servirá para entrenar a la máquina. Esta etapa es necesaria para que la IA pueda determinar con muchas menos muestras de habla si la persona tiene insuficiencia respiratoria o no.
Los creadores del sistema admiten que el grado de precisión en la primera fase posiblemente no será ideal, pero salvará vidas al superar las desventajas de un diagnóstico tardío. Según datos de científicos brasileños, las personas que presentan la forma más grave del covid-19 normalmente comienzan a empeorar después del séptimo día de la infección y entre el octavo y el undécimo día se produce un empeoramiento repentino frente al cual los esfuerzos médicos resultan a veces inútiles.
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