La tensa espera rumbo al nuevo endurecimiento de la cuarentena en Buenos Aires por el aumento de contagios de coronavirus

El aumento de los contagios de coronavirus en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) provocó un clima de tensión social, a la espera de los nuevos anuncios que endurecerán la cuarentena en medio de un creciente malhumor de impredecibles costos políticos.

La víspera, después de una reunión que sostuvieron el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, fuentes oficiales confirmaron que se analiza volver a la fase inicial del encierro o, en el mejor de los casos, reforzar las medidas que rigen por ahora. Lo que es un hecho es la prolongación de la cuarentena.

Esta región, que abarca a la capital y a su zona metropolitana, alberga a 14,8 millones de habitantes, que representan al 37 % de la población argentina. Por esa zona entró el coronavirus, vía pasajeros que arribaban al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, y fue donde se expandió con más fuerza.

Las últimas cifras oficiales, dadas a conocer este martes, reportaron 44.941 contagios y 1.019 muertes por coronavirus en el país, pero desde hace semanas el 95 % de los diagnósticos positivos y los fallecimientos, que van en aumento en lo que algunos especialistas consideran que es el pico de la pandemia, se concentran en el AMBA, que comparten la ciudad y la provincia. Los 2.146 casos nuevos anunciados ayer fueron un número recórd.

Ambos distritos están gobernados por políticos opositores que alternan críticas mutuas con reuniones, en las que intentan consensuar medidas para evitar del desborde del sistema hospitalario.

Mientras, Kicillof ya se pronunció por endurecer el aislamiento, posición que es apoyada por el presidente Fernández, Rodríguez Larreta prefiere esperar un poco más para volver atrás con la flexibilización de unacuarentena, que cumplirá 100 días el próximo 30 de junio.

Cambios inminentes

El anuncio de esta nueva estrategia se debe dar a conocer a más tardar el fin de semana, ya que la última extensión de la cuarentena termina el lunes.

Las normas más estrictas rigen solamente en el AMBA, ya que en gran parte del resto del país han relajado el encierro con diversas medidas que van de la reapertura de bares, cafés, restaurantes y todo tipo de negocios, a la reactivación del turismo local, el permiso de realizar reuniones familiares o de amigos e incluso a transitar pasos fronterizos.

La desventaja para Kicillof y Larreta es que los más de tres meses transcurridos desde que se decretó por primera vez la cuarentena obligatoria en todo el país ya desgastaron a parte de los ciudadanos, inconformidad que es incitada por la prensa opositora al gobierno nacional y reflejada en una serie de protestas, algunas de ellas incluso manifestaciones en las calles que violaron las reglas de encierro.

Mientras los gobernantes se ponen de acuerdo, la movilidad de personas en el AMBA es evidente, con avenidas comerciales plagadas de clientes, en su inmensa mayoría con tapabocas y con esfuerzos disímiles para respetar la sana distancia, y con un constante tráfico vehicular.

El impacto económico se traduce en miles de negocios que ya colgaron el letrero: "se alquila". La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires reportó el cierre de 24.000 locales que representan el 20 % de los negocios de la capital. La Federación Empresaria Hotelera y Gastronómica, en tanto, reveló que el 65 % de los hoteles y el 75 % de los negocios gastronómicos temen quebrar si continúa la cuarentena.

Por ahora, bares, cafeterías y restaurantes solo ofrecen comida para llevar en el momento o enviar a domicilio, mientras en las calles se multiplican las personas, incluidas familias, que duermen a la intemperie en pleno inicio del invierno.

¿Vuelven las restricciones a la movilidad?

El empobrecimiento de la población también se evidencia en el incremento de comedores públicos y 'ollas populares' instaladas en los barrios, y en donde miles de personas se acercan para obtener un plato de comida y bebidas calientes que se preparan con donaciones.

Los fines de semana, los niños tienen permiso de salir durante dos horas con su padre o con su madre, en tanto que los corredores y deportistas puede ejercitarse a diario por las noches. Hace dos semanas, además, en la capital pudieron reabrir locales de ropa y zapatos. Los bancos, por su parte, solo atienden por turnos que se tramitan en sus páginas web.

Todos esos permisos, sin embargo, pueden volver a cancelarse si las autoridades deciden volver a la Fase 1 de la cuarentena, es decir, a la primera etapa de la pandemia y que se fue relajando con el paso de los meses.

La marcha atrás también implicaría volver a cerrar fábricas, suspender obras, mudanzas, servicios jurídicos, de arquitectura e ingeniería, kinesiología y nutricionistas, atención médica y odontológica programada y ópticas con sistema de turno previo, entre decenas de actividades más.

Uno de los principales problemas es el del transporte público, que solo funciona para trabajadores que tienen permisos para circular por cumplir actividades esenciales. El tránsito ida y vuelta de la capital a la provincia es cotidiano e implica una de las más probables vías de contagio. En total, hay cinco millones de autorizaciones de este tipo, a los que se suman un millón más para que puedan circular empleados no esenciales, y 400.000 más que obtienen permisos de dos días para realizar alguna actividad puntual.

Al reconocer que se está evaluando el endurecimiento de la cuarentena, el ministro de Salud Ginés González García reveló este martes que el nivel de ocupación de Unidades de Terapia Intensiva en el AMBA es del 65 %, pero en algunas zonas de la provincia alcanza el 80%. Si los contagios siguen con el ritmo que registran hasta ahora, el sistema hospitalario resultará insuficiente.

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, propuso aplicar una cuarentena "extremadamente estricta" a partir del próximo lunes y durante dos semanas, que implique la suspensión total del transporte público, decisión que fue descartada, por el momento, por el gobierno de la ciudad.