La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reveló que durante este año en América se han reportado 1,6 millones casos de dengue, epidemia que ya dejó un saldo de 580 muertes y que todavía continúa expandiéndose en la región.
En su informe 'Actualización epidemiológica: dengue y otras arbovirosis', el organismo explicó que el país más afectado es Brasil, ya que registra el 65 % de los casos, seguido por Paraguay (14%), Bolivia (5,0 %), Argentina (5,0 %) y Colombia (3,0 %), con altas incidencias también en Honduras, México, y con menor impacto en Centroamérica y El Caribe.
Estos datos, advirtió, ponen de relieve la necesidad de los países de la región de seguir con las acciones para eliminar los criaderos de los mosquitos que pueden transmitir el dengue, al mismo tiempo que se desarrolla la pandemia de coronavirus, que ha provocado una emergencia sanitaria a nivel mundial.
"Si bien existen medidas de distanciamiento social, se debe alentar a trabajar juntos dentro y alrededor de los hogares para eliminar el agua estancada, reducir y eliminar los desechos sólidos y garantizar la cobertura adecuada de todos los contenedores de almacenamiento de agua. Estas medidas pueden hacerse como una actividad familiar", señaló la OPS.
La convivencia de ambas enfermedades se refleja, por ejemplo, en países como Brasil, en donde hay 1.085.000 casos de coronavirus y un 1.040.000 contagios de dengue. Es decir, que el impacto ha sido similar.
En Paraguay, en cambio, hay solo 1.392 casos de coronavirus frente a 218.798 de dengue; en Bolivia, la comparación es de 24.388 frente a 82.460; y en Argentina, de 42.785 a 79.775.
Epidemia a la baja, pero aun grave
La OPS aclaró que las cifras sobre el dengue representan una disminución del 10 % en comparación con el mismo período de 2019, que fue un año epidémico.
Además de esta enfermedad, agregó, durante los primeros cinco meses del 2020 se registraron 37.279 casos de chikungunya, el 95 % de ellos en Brasil, y 7.452 casos de zika.
De acuerdo con el organismo, la pandemia de covid-19 pone una carga importante en los sistemas de salud, pero ello no debe reducir los esfuerzos para abordar el dengue y otras arbovirosis con acciones de manejo, epidemiología, atención al paciente, laboratorio, gestión integrada de vectores y medio ambiente.
Luis Gerardo Castellanos, jefe de la Unidad de Enfermedades Desatendidas, Enfermedades Tropicales y Enfermedades Transmitidas por Vectores de la OPS, explicó que las personas que tienen síntomas de dengue, incluyendo fiebre y dolores de cabeza intensos, deben buscar atención médica y estar alertas a los signos de advertencia de severidad de esta enfermedad, ya sean vómitos persistentes, dolor abdominal y mareos.
"Estar confinado también es una buena oportunidad para limpiar los criaderos de mosquitos. Si todos actuamos sistemáticamente para eliminarlos podemos dar un golpe al dengue, al reducir la cantidad de mosquitos y el riesgo de transmisión", afirmó.
El informe destacó la necesidad de que los estados aprovechen los recursos disponibles, ya que es probable que el personal, el equipo y los suministros sanitarios atiendan prioritariamente la pandemia de coronavirus.
"Los programas de dengue en los ministerios de Salud deberían apuntar a reducir la transmisión y esforzarse por identificar predictores tempranos de dengue grave en servicios de atención primaria de salud. La identificación temprana y el manejo de casos con signos de alarma reducirán la cantidad de casos de dengue que requieren hospitalización, aliviando la carga adicional en niveles de atención más complejos que brindarán atención a casos severos de infección por Covid-19", señaló el documento.