En el sur de Gales, Reino Unido, los padres de un violador adolescente obligaron a su hijo a acudir a una comisaría para confesar un delito de abuso sexual después de descubrir que su hijo le había enviado un mensaje de texto a su víctima para pedirle perdón, informó The Daily Mail.
La agresión tuvo lugar en enero del año pasado y Jack Evans, que en aquel entonces tenía 17 años, estaba a punto de eludir la justicia porque la muchacha nunca denunció los hechos. Pero cuando el padre de Jack, Jonathan, y su madrastra Sarah vieron el mensaje que el joven envió a su víctima dos meses después de los hechos, insistieron en que Jack se entregara a la Policía.
"Yo quería que él dijera la verdad, tenía que hacer lo correcto y admitir su culpa", cita la fuente a Jonathan. "Fue difícil para todos nosotros y hubo bastantes discusiones. Le dije que lo mejor para él era mostrarles a todos que estaba haciendo todo lo posible para corregir lo que sucedió", concluyó el progenitor.
La víctima de Jack Evans, que antes del ataque era virgen, en la corte reveló haberle pedido en el último minuto al muchacho que se detuviera, pero este continuó. Ella dijo que se sintió "despreciable" e incapaz de volver a confiar en los hombres.
La defensa del agresor pidió la libertad condicional para su cliente debido a las "circunstancias excepcionales". "Es extremadamente raro que alguien admita un delito tan grave sin que haya una denuncia", dijo Gareth Williams, el abogado del joven. Sin embargo el juez consideró que el caso tenía características agravantes y que Evans debía ser recluido.
Después de recibir una rebaja de condena por su edad y por haberse declarado culpable, Evans deberá cumplir dos años de cárcel en una prisión juvenil, además de registrarse como delincuente sexual.