Los presidentes de Rusia y Bielorrusia, Vladímir Putin y Alexánder Lukashenko, inauguraron este martes en la ciudad rusa de Rzhev el Memorial al Soldado Soviético, un monumento dedicado a los militares caídos en las batallas que tuvieron lugar en la zona durante la Segunda Guerra Mundial.
En su discurso, el mandatario ruso definió al nuevo monumento como "un símbolo más de nuestra memoria común, un símbolo de admiración a la gran hazaña del soldado héroe, el soldado liberador, el soldado ganador, el soldado que salvó a Europa y a todo el mundo del nazismo".
"El tiempo no tiene poder sobre esta hazaña y nunca debe ni puede ser olvidado, ni mucho menos dañado o manchado con mentiras y falsificaciones", agregó.
Asimismo, Putin agradeció a los voluntarios que se dedican a buscar e identificar los restos de soldados soviéticos muertos durante el conflicto. "Muchas gracias a los buscadores que devuelven los nombres a los caídos y una parte de la historia familiar a sus parientes y descendientes. Aquí, en esta tierra sufrida, los trabajos de búsqueda deben continuar", señaló.
Entre enero de 1942 y marzo de 1943, una serie de intensos combates tuvieron lugar en la zona de Rzhev, ubicada a unos 200 km al oeste de Moscú. En estos, las tropas soviéticas perdieron unos 400.000 efectivos entre bajas, desparecidos y cautivos. La batalla, que tuvo una importancia crucial para el devenir de la guerra, terminó con la victoria de la URSS.
En 2007, Rzhev fue distinguido por la Federación Rusa con el título honorífico de Ciudad de Gloria Militar.