Jason Torchinsky, editor principal del portal sobre automóviles Jalopnik, quiso experimentar con una nueva herramienta para mejorar las fotos pixeladas que se ha popularizado en las últimas semanas. Sin embargo, en lugar de buscar reconstruir rostros a partir de imágenes de baja resolución y calidad —función para la que fue creada— retó al algoritmo de inteligencia artificial (IA) introduciendo imágenes de coches.
Tras usar la aplicación Face Depixelizer, Torchinsky publicó los resultados y confesó que fue movido su curiosidad y su costumbre —al igual que la de muchos entusiastas del automovilismo— de antropomorfizar las partes frontales de los autos asociándolas a un rostro humano.
Mientras hacía uso de las posibilidades de la herramienta, Torchinsky notó algunas peculiaridades. Cuanta menos resolución tuviese la imagen del coche, mejor era el aspecto humano de la resultante; esto lo pudo comprobar usando tres fotografías de distintos tamaños de una misma camioneta Volkswagen (64, 32 y 16 píxeles). "Cuanta menos información, más la IA pudo extrapolar y asumir, y esos resultados ofrecieron una imagen de aspecto más 'normal', asegura el autor.
Las caras resultantes surgieron de un patrón adoptado por el algoritmo de Face Depixelizer que asumía la forma de la carrocería como si fuera pelo y generó los rasgos faciales a partir de los espacios entre el parabrisas y el resto del chasis frontal. A diferencia de lo que suponía Torchinsky, los faros no fueron interpretados como si fueran ojos, salvo en los casos en que los asumió como gafas.
El periodista no es el primero en aprovechar la 'app', creada por Alex Damian, Sachit Menon y Denis Malimonov, para darle otros usos. Recientemente, usuarios de las redes sociales la utilizaron para procesar imágenes de sus personajes favoritos de distintos videojuegos.