Ninguno de los 18 participantes en las pruebas clínicas de una vacuna rusa contra el coronavirus ha experimentado efecto secundario alguno. La vacuna en cuestión está siendo desarrollada por el Ministerio de Defensa de Rusia conjuntamente con el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya.
"Los voluntarios del primer grupo […] se sienten bien y no tienen quejas sobre su estado de salud. En las últimas dos semanas no se han detectado efectos no deseados graves", indica el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
La vacuna fue administrada a los voluntarios el 18 de junio en el hospital militar Burdenko de Moscú. Nueve voluntarios de este grupo recibieron un componente de la vacuna y el resto un segundo componente.
Los integrantes del segundo grupo, a los que se les inyectó solo el primer componente el 23 de junio, también se encuentran bien. El segundo componente se les inyectará cuando hayan pasado 21 días desde el inicio del experimento, precisa el organismo.
Previamente, este martes, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, informó al presidente Vladímir Putin que las pruebas clínicas de la vacuna concluirán hacia finales de julio.
Ese mismo día, desde el Centro de Investigación Estatal de Rusia en Virología y Biotecnología Vektor, con sede en Novosibirsk, informaron que el 15 de julio empezarán las pruebas clínicas de su propia vacuna.