La Organización Internacional del Trabajo (OIT) develó que América Latina es la región con más empleos perdidos a raíz del coronavirus, con una caída de 18,3 % horas de trabajo frente al descenso mundial que se ubicó en 14%.
De esta forma, la región supera a Europa y a Asia Central, que tuvieron una reducción el 13,9 % de horas de trabajo, apenas 0,4 % más que China y el resto de Asia.
Colombia, Brasil y Chile poseen las cifras más dramáticas. Las medidas tomadas por sus respectivos gobiernos no ha surtido los efectos esperados.
Colombia, el país de lo informal
En el caso colombiano, el pasado 30 de junio, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) dio a conocer que 4,9 millones de personas habían perdido sus puestos de trabajo, lo que elevó a 21,4 % el índice de desempleo en mayo, el registro más alto en la historia del país.
"Desde el inicio de la pandemia, la tasa de desempleo se ha incrementado en casi 10 puntos. La principal explicación se deriva de la parálisis de la actividad económica y del hecho de que las principales actividades afectadas son servicios, restaurantes, turismo, comercio, transporte, economías del cuidado, etc. Muchas de ellas informales", explica a RT el economista colombiano Jairo Estrada.
Estrada considera que la incomprensión de esta realidad ha sido el mayor error del gobierno del presidente Iván Duque en el manejo de la crisis. "Las supuestas políticas para proteger el empleo con subsidios a la nómina se han orientado a empresas formales, normalmente medianas y grandes", detalla. Esa respuesta ha dejado al sector informal de la población, que ha perdido su fuente de ingreso, solo como receptora de "subsidios pírricos de subsistencia".
Para el experto, la situación "tiende a volverse dramática" porque las cifras de desempleo en Colombia están subvaloradas. "Se calcula que puede ser unos 10 puntos más", dice Estrada, al tiempo que acota que "ha aumentado el porcentaje de población económicamente inactiva. Es decir, gente que habiendo perdido su trabajo no está buscando, pues está en su casa a la espera de que la situación cambie".
Ante este panorama, sectores de izquierda han planteado la necesidad de otorgar una renta básica, equivalente a un salario mínimo legal, durante tres meses para 9 millones de hogares.
"Hasta ahora el gobierno ha dicho que en medio de la emergencia, 2.338.955 de hogares pobres han resultado beneficiados, lo que se traduce en tres giros de 160.000 pesos (44 dólares) para cada familia, mientras que el sueldo mínimo está en 887.802 pesos (244 dólares). Además, un número importante denuncia que ni siquiera ha recibido esa ayuda", comenta Estrada al respecto.
Mientras tanto, el DANE anunció que empezará la entrega quincenal de la información de empleo para monitorear de cerca cómo se desenvuelve el problema.
Chile y la otra pandemia
Mientras tanto, en Chile, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) anunció que el desempleo se elevó a 11,2 % entre marzo y mayo, el porcentaje más alto de la última década.
Al respecto, el senador de la región del Biobío, Alejandro Navarro, explicó a RT que se juntaron factores que generaron "una combinación explosiva": el decaimiento económico que arrastra Chile desde el mes de octubre del 2019, las consecuencias del posterior estallido social que paralizó al país durante dos meses, y la pandemia de coronavirus.
"Los efectos se hacen sentir sobre el sector no formal del empleo en Chile, que supera a un tercio de los empleos formales. Pero, además, debido a la debilidad sindical, los puestos formales tampoco tienen capacidad de defensa", explica Navarro, quien destaca que en su país "solo el 8 % de los trabajadores están afiliados a un sindicato y la negociación colectiva no supera al 6 % de la fuerza de trabajo".
Por ese motivo, el senador insiste en que "la desformalización, la tercerización y la informalización" son elementos clave para entender lo mucho que ha sido golpeada la clase trabajadora en Chile. "Creo que el desempleo va a superar el 20% y será una segunda pandemia", afirmó Navarro.
A la par, el virus continúa su avance y Chile se convirtió en el séptimo país del mundo con mayor tasa de contagios, por encima de Italia o España.
Brasil en retroceso
En Brasil, país que hasta hace un lustro tuvo una de las economías más fuertes de la región, hubo un retroceso de tres años en términos fiscales, lo que implica que todas sus cuentas públicas están deficitarias, pues la pandemia termino de acentuar el desplome en ingresos tributarios y el aumento en gastos por parte del Estado.
Aunado a esto, la desocupación se ha expandido de forma severa. El presidente de la Televisión Comunitaria de Brasilia y analista internacional, Beto Almeida, comenta a RT que "antes de la pandemia había aproximadamente 13 millones de desempleados, una cantidad que se ha duplicado".
"Las cifras son aún muy desencontradas. Pero, las aproximaciones hablan de 28 millones de desempleados, sin contar los trabajadores informales que ya existían previamente, y están alrededor de los 40 millones", señala Almeida.
Ante esto, el presidente Jair Bolsonaro anunció que el Gobierno pagará durante otros dos meses los subsidios destinados a los trabajadores informales y personas sin empleo, una medida que está en vigor desde abril.
"Aunque Bolsonaro no quería darlo porque no creía en la pandemia, pues la presión social fue tan fuerte que tuvo que activar y expandir este auxilio a casi 50 millones de personas", destaca el analista. Este martes, el mandatario fue diagnosticado con coronavirus.
Almeida asegura que el caos estadístico que reina en el país es de tal magnitud que "638.020 personas han recibido indebidamente este beneficio", por lo que actualmente el Estado busca alguna forma para exigirles que devuelvan este dinero.
A la par, en Brasil aún hay personas que no tienen documentos de identidad y son precisamente las que más necesitan esta ayuda económica. "Cerca de 30 millones no tienen ningún documento, no tienen visibilidad social alguna y están buscando alguna manera de ser reconocidos como personas que están vivas y necesitan un auxilio", agrega el analista.
Perú sin resultados
Perú finalizó su cuarentena en casi todo el territorio, tras 107 días de confinamiento. No obstante, las cifras de fallecidos e infectados evidencian que la cuarentena, aplicada desde el 15 de marzo, cuando apenas había 71 casos, no tuvo mayor efecto a nivel sanitario.
A la par, el desempleo crece y las medidas para avanzar en la reactivación económica no han dado los resultados deseados. El presidente de la Asociación Amigos de Mariátegui, Gustavo Espinoza Montesinos, explica que "hay dos millones de personas despedidas de sus puestos de trabajo durante la pandemia".
El experto detalla que Perú tiene una población económicamente activa de 13 millones de personas, "de las cuales el 72 % son informales, es decir, solo 4 millones de empleados formales; de esa cifra, despidieron a 2 millones. Entonces, hoy nos encontramos con una población de solo 2 millones de trabajadores en la formalidad y así es imposible reactivar la vida económica".
Espinoza asegura que el gobierno de Martín Vizcarra le entregó recursos suficientes a los integrantes de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIED) para que no despidieran a trabajadores, "pero estas empresas recibieron el dinero e igual botaron a los empleados".
Hoy los empresarios peruanos prometen crear empleos, siempre que les eximan del pago de impuestos al Estado. Ante ese planteamiento, el académico reflexiona: "Finalmente, quien terminará financiando esos puestos de trabajo será el Estado o todos los peruanos que sí pagaremos impuestos. Pero esos trabajadores, con su mano de obra, van a generar riquezas para los propietarios de las empresas. Es macabro".
Jessica Dos Santos
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