Estados Unidos impuso este viernes aranceles del 25 % sobre distintos productos franceses por un valor aproximado de 1.300 millones de dólares, informa Euronews. Sin embargo, las tarifas no entrarán en vigor hasta enero de 2021, pues serán retrasadas hasta fin de año debido a la actual crisis de coronavirus.
La lista incluye productos de maquillaje, jabón y bolsos, de acuerdo con la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos.
La Administración de Trump adoptó esta medida después de que el Gobierno francés decidiera en julio del año pasado imponer un impuesto del 3 % sobre los ingresos que generan en su territorio los gigantes tecnológicos conocidos por el acrónimo GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple), que son a menudo criticados por pagar impuestos relativamente bajos.
En respuesta, el representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, aseguró que la medida era "incompatible con los principios vigentes de la política fiscal internacional" e "inusualmente onerosa para las empresas estadounidenses afectadas". Por esa razón, el Gobierno de Donald Trump propuso aplicar nuevos aranceles a productos franceses como vino, maquillaje y bolsos de cuero, que podrían llegar a los 2.400 millones de dólares. "Gravaremos su vino como nunca antes", advirtió el mandatario.
Sin embargo, las tarifas anunciadas el viernes no son tan amplias como las propuestas en diciembre ni en cuanto a la tasa ni al número de productos. La lista de diciembre incluía productos como vino espumoso y queso, que no aparecen en la lista del viernes.
La idea de imponer impuestos a los gigantes tecnológicos estadounidenses no solo ha surgido en Francia. De hecho, Google, Facebook y Amazon podrían verse obligados a pagar impuestos más altos en Europa a medida que los gobiernos de la Unión Europea buscan nuevos ingresos para lidiar con la crisis económica causada por la pandemia de coronavirus.
"Vemos que las conversaciones sobre impuestos a los bienes y servicios digitales avanzan más rápidamente en Europa, donde la creciente aspiración de utilizar el presupuesto de la UE para financiar la recuperación económica del coronavirus puede hacer que Bruselas tenga un mayor interés en la atractiva base fiscal potencial del comercio electrónico y servicios digitales", señala David Livingston, analista de Eurasia Group.