El británico Jason Bursk fue sentenciado este miércoles a 15 años de prisión por una serie de agresiones sexuales que cometió entre 2012 y 2019.
Según comunica la Policía de Manchester (Reino Unido), donde el hombre perpetró sus fechorías, se le juzgó culpable de 11 delitos, que incluyen irrupción en domicilio, un caso de agresión sexual y varios intentos de violación.
Bursk, un taxista de 51 años, cayó en el radar de los agentes después que el 15 de noviembre de 2019 fuera grabado por una cámara de seguridad antes y después de agredir sexualmente a una niña de 13 años. En la grabación se ve cómo primero se para frente a la vivienda y mira por una ventana, para luego entrar. En la segunda secuencia, poco después, sale y abandona rápidamente el lugar, enderezando sus pantalones.
Conforme a la acusación, dentro de la casa Bursk entró al dormitorio de su víctima e intentó violarla. Afortunadamente, se asustó con la presencia de una hermana de la niña, que dormía en la misma habitación y se despertó durante la escena.
Como resultado de una investigación, el hombre fue también identificado en una grabación de abril de 2019, cuando trató de penetrar en otra vivienda. Posteriormente, los detectives lograron mostrar que fue él quien estuvo detrás de otros seis incidentes similares. La más joven de sus víctimas era menor de edad, y la más anciana tenía más de 70 años.
Al comentar el caso, el investigador jefe de la Policía local, Howard Millington, alabó a las víctimas por su "fuerza y coraje admirables para asegurarse de que este hombre haya recibido la justicia que se merece" y calificó a Bursk como un "depredador sexual extremadamente peligroso".
"Las ofensas sexuales hacia dos niñas y una anciana habrán conmocionado a nuestra comunidad. Y no hay duda de que Bursk se esforzó para llevar a cabo una mayor actividad, pero afortunadamente no pudo hacerlo", concluyó.