Los candidatos de los partidos de derecha en Bolivia reforzaron su campaña para evitar que las elecciones presidenciales se realicen el 6 de septiembre con el argumento de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus, que hasta ahora ha dejado un saldo de 1.898 muertos y 50.867 contagios.
Por el contrario, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, se resiste a modificar nuevamente la fecha de los comicios, ya que considera que el covid-19 solo podrá ser enfrentado de manera eficiente por un Gobierno democrático.
En el afán de cambiar el calendario electoral, el partido Creemos, que postuló al ultraderechista Luis Fernando Camacho como candidato a la presidencia, incluso le envió una carta a Luis Almagro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) que avaló el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales, para que se pronuncie sobre el "desacierto" del Tribunal Supremo Electoral.
La misiva aseguró que la fecha debe retrasarse no solo para prevenir mayores contagios de coronavirus, sino para garantizar unas elecciones justas y libres de fraude.
"La lucha por restaurar la institucionalidad democrática y por tener elecciones sin fraude está inconclusa, en peligro y secuestrada por estructuras que aún maneja el MAS y Evo Morales desde Buenos Aires", denunció.
Cuando promulgó la nueva fecha de los comicios, la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, quien es candidata de la Coalición Juntos, aseguró que lo hacía presionada por el MAS y por Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana. Sus críticas se reforzaron luego de que ella misma y siete de sus ministros se contagiaran de coronavirus.
Su candidato a vicepresidente, Samuel Doria Medina, ya advirtió que las elecciones deben realizarse cuando la pandemia lo permita y se tenga la garantía de que nadie morirá por ir a votar o por ser funcionario electoral, y de que el miedo a los contagios no afectará la asistencia a las urnas. "El 6 de septiembre no garantiza ni una cosa ni la otra", señaló.
En el mismo sentido se pronunció Jorge Quiroga, candidato de Libertad y Democracia. "Las proyecciones fallaron, las curvas se disparan. ¿Cómo pueden exigir que nuestros hijos sirvan como jurados y se contagien y después infecten a sus familiares? Qué falta de humanidad y de sensibilidad. Posterguemos las elecciones para no arriesgar más vidas", exigió.
El ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Ortiz, ratificó la posición del Gobierno al asegurar que a principios de septiembre el país estará transitando "el pico" de la pandemia, por lo que no habrá condiciones para que las ciudadanas y los ciudadanos salgan a votar en libertad.
En respuesta a estos pronunciamientos, el candidato del MAS advirtió en una entrevista con la cadena teleSUR que la pandemia no puede convertirse en un nuevo pretexto para seguir retrasando la reinstauración de la democracia, ya que la fecha del 6 de septiembre fue resultado de un acuerdo político entre varias fuerzas.
"El pueblo boliviano está cifrando su esperanza justamente en las elecciones para poder resolver este problema de la pandemia generado con un Gobierno 'de facto' que no está pudiendo dar solución al problema. La intencionalidad que tiene la derecha es alargar la realización de las elecciones, llevarlas más allá del 2020", dijo.
Por otra parte, el candidato recordó que las encuestas están reflejando la escasa credibilidad del Gobierno de Áñez, en contraste con los altos niveles de popularidad que tiene el MAS con miras a los comicios.
El sondeo más reciente, publicado a principios de julio por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, otorga a Arce una intención de voto del 41,9 %, en tanto que Mesa queda en segundo lugar con el 26,8 % y Áñez en tercero, con el 13,3 %.
En medio de este escenario, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, sorprendió al confirmar que la presidenta 'de facto' podría busca un acuerdo electoral con Mesa que implique la postulación de ambos en una misma fórmula.
"Creo que no es difícil, habrá sorpresas en los próximos días... veremos cuál es la apertura del señor Mesa", dijo. En caso de concretarse la alianza, la intención de voto de Áñez y Mesa empataría a la de Arce.
Desde Buenos Aires, Evo Morales criticó a ambos candidatos y alertó que detrás de su posible acuerdo está "la mano" de Estados Unidos.
"Es una alianza entre quien, antes que enfrentar a las transnacionales pedía limosnas, y quien, en medio de la pandemia y antes de salvar vidas hace negociados hasta con los respiradores", denunció.