Las protestas contra un violador beneficiado con prisión domiciliaria en Chile que terminaron en otra violenta represión
Las protestas convocadas en Chile para repudiar una medida cautelar que benefició a un hombre acusado de violación culminaron con una nueva y violenta represión por parte de los carabineros, que golpearon y gasearon a manifestantes, entre ellos a un camarógrafo al que detuvieron mientras sangraba por las agresiones.
El país vivió una tensa jornada en la que se mezclaron las movilizaciones por la reforma a las pensiones y por el caso de Martín Padrenas Durr, un hombre acusado de violar a Antonia Barra, una joven de 20 años que se suicidó después del abuso sexual.
🔴ÚLTIMO MINUTO🔴 Ante la numerosa protesta de mujeres contra Martín Pradenas -formalizado por violación contra Antonia Barra- FFEE de Carabineros, resguarda el domicilio del imputado. En paralelo, otro grupo de manifestantes se dirige hacia la casa de Pradenas. pic.twitter.com/Hmv1soGhHC
— UATV Noticias (@UATVNoticias) July 22, 2020
#AHORA| brutal represión en #PudahuelSur, carro lanza aguas de #carabineros entra a un pasaje y no contentos con mojar a los/as manifestantes, arroja líquido hacia el interior de las casas.#pradenasviolador#Cacerolazo#JusticiaParaAntoniapic.twitter.com/3U4W92jlFY
— Prensa Estudiantil (@p_estudiantilcl) July 23, 2020
Los hechos ocurrieron en septiembre pasado en Pucón, una ciudad ubicada en el sur chileno. De acuerdo con los mensajes que Barra les envió a sus amigos, Pradenas la abordó durante las celebraciones de las fiestas patrias y luego la llevó a una cabaña, aprovechándose de que ella no estaba plenamente consciente. Desde ahí, la mañana del 18 de septiembre la joven le escribió un mensaje por Whatsapp a su amiga Consuelo Uribe.
"Toy violada", decía el texto en el que Barra le pedía a Uribe que fuera a buscarla. Cuando su amiga llegó, acompañada de su novio, la joven salió llorando. Detrás de ella, Pradenas Burr estaba semidesnudo.
Otros mensajes en los que Barra denunciaba el abuso fueron mostrados por varios medios de comunicacón. "Yo no quería nada con el weón… y después, puta, no sé cómo mierda llegué a esa casa", "Este hueón me decía ándate conmigo... Lo único que me acuerdo fue como haberme despertado, o estar más consciente y el hueón estaba arriba mío y yo le dije 'sale mierda. Me sentí… y me fui (de la pieza). Y llamé a la Consu. Tú no sabes cómo me siento, me siento sucia'", decían algunos de los textos.
📣Alerta feministaLlamado a cacerolazo internacional desde la Asamblea Feminista de Temuco. Hoy 22 de julio 17 hrsDIFUNDIR #JusticiaParaAntoniapic.twitter.com/oYc4D6Jh4W
— FEMINISTA CHILE - FEMChile (@FEMINISTACHILE) July 22, 2020
Barra se suicidó el 13 de octubre por las secuelas de la violación, lo que provocó una conmoción en el país y llevó a que varias mujeres más denunciaran a Pradenas Burr, quien terminó acusado de dos violaciones y cuatro abusos sexuales cometidos en contra de cinco víctimas, algunas de ellas menores de edad.
Las razones de la protesta
La víspera era un día clave, ya que el tribunal debía dictar la medida cautelar en contra del acusado, previo al juicio oral que tendrá que enfrentar.
Los cargos en su contra se fueron reduciendo, ya que el juez Federico Gutiérrez sobreseyó los casos de un presunto abuso sexual en 2010, sufrido por una joven de 16 años, y otro en 2014 a una mujer de 19, por considerar que los delitos habían prescrito.
El togado también desestimó la denuncia de una violación ocurrida en 2018 porque el testimonio de la víctima le parecía "contradictorio", e hizo lo mismo con el caso de un abuso a una niña de 13 años, ocurrido entre 2012 y 2013, porque "las versiones eran imprecisas y vagas".
Al final, el juez rechazó la solicitud de prisión preventiva que había realizado el Ministerio Público contra Pradenas Burr. Lo benefició con arresto domiciliario total, le prohibió acercarse a las víctimas y abandonar el país, y ordenó que se llevara a cabo una investigación durante cuatro meses antes de comenzar el juicio. El repudio fue inmediato.
[Ahora] #HualquiA medida que ha ido avanzando el cacerolazo exigiendo #JusticiaParaAntonia, poco a poco se ha ido agregando "Refuerzo policial" a las mujeres hualquinas que se manifiestan, cabe agregar que nuestra convocatoria ha estado totalmente pacífica en todo momento. pic.twitter.com/whEvFZtX75
— RedDeMujeresHualquinas (@RDMhualquinas) July 22, 2020
El abogado defensor de Martín Pradenas recurrió a todos los trucos sucios del manual machista: culpar a la víctima, cuestionar su sexualidad, exponer su vida íntima, etc.Lo peor? Funcionó. Difícil pedirle a las mujeres que se atrevan a denuciar bajo estas condiciones.
— Pablo (@pabloviollier) July 22, 2020
Una vez conocido el fallo, cuya transmisión por la web fue seguida por más de un millón de personas, comenzaron las protestas de colectivos feministas en varias ciudades del país.
Los "cacerolazos" incluyeron una performance de Las Tesis, el colectivo artístico y feminista, que tuvo repercusión mundial gracias a la obra "El violador eres tú".
AHORA | Se realiza performance de #LasTesis#UnVioladorEnTuCamino en Quilicura. El violador eres tú #MartinPradenas. pic.twitter.com/7SywBkDg52
— primeralineaprensa (@primeralineapr) July 22, 2020
En las redes sociales, sin embargo, comenzaron a poblarse de fotografías y videos en los que las y los manifestantes son perseguidos por los Carabineros, la fuerza de seguridad chilena conocida por sus altos grados de violencia.
Durante la represión en Temuco fue atacado el camarógrafo Carlos Morales, quien fue detenido mientras sangraba profusamente del rostro.
Personal de carabineros llevándose detenido a Carlos Morales, camarógrafo del canal Ufromedios quien se encontraba documentando las movilizaciones por el caso de Antonia Barra.via @ArausEstebanpic.twitter.com/tg4cdgI0un
— PIENSAPRENSA 218,5 mil Seguidores (@PiensaPrensa) July 23, 2020
Debido al estado de excepción que rige en Chile por la pandemia, y que prohíbe a las y los ciudadanos a salir a las calles, en diferentes ciudades las protestas se trasladaron a los balcones, desde donde se hicieron escuchar ollas, sartenes y cacerolas para denunciar las violencias machistas ejercidas desde los tribunales.