En México, en más de la mitad de los hogares se padece inseguridad alimentaria, 1,9 millones de niños y niñas están diagnosticados con desnutrición crónica y alrededor de 39 millones de mujeres sufren anemia, reportaron organismos internacionales, que también alertaron sobre el impacto negativo que la pandemia generará en estos indicadores.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Nacional de Salud Pública y el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad dieron a conocer el documento "Prevención de mala nutrición en niñas y niños en México ante la pandemia de covid-19", en el que explicaron el panorama actual que enfrentan las y los mexicanos.
El documento destaca que el país ha padecido grandes desigualdades durante décadas y atraviesa la pandemia en un contexto en el que el 55,5 % de los hogares registra algún grado de inseguridad alimentaria, es decir, de incapacidad para satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas durante un periodo prolongado.
El 32 % de los hogares padece inseguridad alimentaria leve y el 22,7 %, de moderada a severa, aunque todas las escalas empeoran en las comunidades rurales.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, la prevalencia nacional de desnutrición crónica en niños menores de cinco años es de 14,2 %, lo que abarca a más de 1,9 millones de menores. El 4,8 % tiene bajo peso y, además, el 1,4 % sufre de emaciación (peso inferior al que corresponde por la estatura).
"Las niñas y los niños con desnutrición crónica tienen una mayor susceptibilidad a las infecciones, retardo en el crecimiento físico y desarrollo cognitivo, menor rendimiento escolar, mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria a lo largo del curso de la vida, menor productividad y potencial de ingresos en su vida adulta", señaló el documento.
El estudio recalca que la anemia y las deficiencias de micronutrientes, conocidas como hambre oculta, tienen serias repercusiones en el desarrollo cognoscitivo, el crecimiento y la resistencia física de los niñas y niños, y reducen la resistencia a las infecciones.
Anemia, sobrepeso y obesidad
Por otra parte, la anemia afecta al 34,9 % de mujeres embarazadas (1,2 millones) y al 17,5 de mujeres no embarazadas (39,7 millones) a nivel nacional. En esta situación se encuentran, también, el 32,5 % de las niñas y niños en edad preescolar (4,2 millones).
"Los más afectados son las niñas y niños pequeños: casi la mitad de las niñas y niños de 12 a 23 meses tenían anemia (48,2 %) en comparación con el grupo de cuatro años (20,6 %). Es importante destacar que solamente el 49,4 % de los niños de seis a 11 meses, y el 67,5 % de 12 a 23 meses consumían alimentos ricos en hierro", señaló.
Los organismos detallaron que el 18,6 % de los menores, de uno a cuatro años, registra deficiencia de zinc, principalmente en los sectores más pobres, lo que representa un factor de riesgo importante para la morbilidad y mortalidad infantil por diarrea y neumonía, además de que está relacionada con retardo del crecimiento, alteraciones de la función inmune y falta de apetito.
A ello se le suma que, en México, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad es de 6,8% para las niñas y niños en edad preescolar, y de 35,6 % en aquellos de edad escolar, lo que aumenta el desarrollo temprano de enfermedades crónicas y tiene consecuencias negativas en la salud mental de quienes la padecen.
Los datos frente al coronavirus
El informe destacó que la pandemia de Covid-19 amenaza la salud y la nutrición de todas las personas en México, pero particularmente la de las niñas y los niños de los hogares más pobres, con ingresos más bajos, y con un estado nutricional y de salud deficiente, que ya los ponían en desventaja social.
"Se espera que la crisis económica por la pérdida de empleo y la reducción de ingresos, derivada de las acciones para reducir el contagio, intensifique aún más la vulnerabilidad de estos hogares", señalan en el documento, al recordar que estimaciones oficiales calculan que para el segundo trimestre de 2020, el nivel de la población con un salario inferior al costo de la canasta básica aumentará de 37,3 % al 45,8 %, lo que implica un aumento de la pobreza.
Además, durante la primera quincena de abril de 2020, entre 5,2 y 8,1 millones de personas perdieron su empleo o no pudieron salir a buscar trabajo debido a la pandemia. Y se estima que uno de cada tres hogares perdió el 50 % o más de sus ingresos, y que el 37,7 % reportó que uno o más de sus integrantes tuvieron que dejar de laborar y se quedaron sin ninguna fuente de ingresos.
Aunado a esto, desde el 23 de marzo de este año, las niñas y los niños dejaron de asistir a clases presenciales, lo que ha afectado la distribución de las raciones alimentarias diarias,que se ofrecen en 80.746 escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria, en los 32 estados del país, así como los servicios de alimentos que existen en los más de 13.000 colegios de tiempo completo.