Un grupo de hombres que al parecer, eran funcionarios estadounidenses, fueron vistos este viernes forzando la puerta trasera del consulado de China en Houston tras la orden de cierre emitida por el Gobierno de EE.UU, informa Reuters.
El hecho ocurrió tan solo una hora después de que el personal de la sede diplomática abandone las instalaciones que el Gobierno chino ha ocupado durante cuatro décadas.
Los funcionarios federales, algunos de los cuales se cree que trabajan en el Departamento de Estado, accedieron a las instalaciones antes de las cinco de la tarde, utilizando herramientas eléctricas para abrir la puerta trasera después de tres intentos fallidos en otros ingresos, informó Houston Chronicle.
El forcejeo fue captado en videos compartidos en redes sociales, que muestran al grupo de hombres fuera del consulado, rodeando el edificio.
Según el reporte de periodistas que se encontraban en el lugar, los individuos se negaron a responder quiénes eran cuando fueron cuestionados por la prensa. Además, los reporteros observaron a las mismas cerrando con candado una puerta en el otro lado del edificio.
El martes, Washington pidió a Pekín que cierre su Consulado General en Houston, en el estado de Texas, en un plazo de 72 horas. Por su parte, China ha condenado "enérgicamente" la medida de EE.UU., al mismo tiempo que instó al país norteamericano a "corregir las decisiones equivocadas" bajo amenaza de "represalias".
La portavoz del Departamento de Estado de la nación norteamericana, Morgan Ortagus, ha justificado la medida señalando que tiene como fin "proteger la propiedad intelectual y la información privada de Estados Unidos".
Mientras, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores consideró que el "cierre unilateral" de la sede diplomática del país asiático en un corto período de tiempo supone una "escalada sin precedentes de sus acciones recientes contra China".
En respuesta a la decisión de Washington, la nación asiática ordenó este viernes el cierre del Consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu, alegando que se trata de una contramedida "legítima y necesaria" que "se ajusta al derecho internacional".
Finalmente, la Casa Blanca instó a Pekín a abstenerse de recurrir al "ojo por ojo" en sus relaciones.