Un estudio genético permitió aclarar algunos detalles del pasado de los afrodescendientes en las Américas, según un artículo de un equipo de investigadores estadounidenses y británicos publicado el pasado jueves en la revista Cell.
De la historia escrita de la esclavitud en el Nuevo Mundo se sabe que, en total, aproximadamente 10,5 millones de personas fueron esclavizadas y llevadas de África a las Américas. Antes de la mitad del siglo XVII, la principal área de la trata de esclavos era Senegambia (el territorio de los actuales Senegal, Gambia, Guinea y Guinea Bisáu) y las costas del Congo y Angola. Sin embargo, entre 1650 y 1850 el comercio se desplazó hacia los golfos de Benín y de Biafra.
El estudio de ADN, realizado en muestras de 50.281 voluntarios de la base de datos genéticos 23andMe, corroboró, a grandes rasgos, los datos históricos. No obstante, mostró que los porcentajes de descendientes de esas regiones difieren de las esperadas. En concreto, detectó que el acervo genético de Senegambia, aunque notable entre los afrodescendientes de América Latina, está en general subrepresentado en la totalidad de la población negra del Nuevo Mundo. Eso, sugieren los autores, podría explicarse por las severas condiciones en las que vivían los esclavos llevados de aquella región africana.
"Este patrón parcialmente puede ser el resultado del aumento de las tasas de deportación de niños de Senegambia a lo largo del tiempo", hipotetizan, señalando que eso conducía "a altas tasas de desnutrición y enfermedades, lo que a su vez resultó en menores tasas de supervivencia en las últimas décadas del comercio de esclavos".
"Una gran proporción de los senegaleses esclavizados eran cultivadores de arroz que trabajaban en las Américas en las plantaciones de arroz, donde generalmente la malaria actuaba de manera desenfrenada", agregan. También destacan la sobrerrepresentación, tanto en EE.UU. como en América Latina, de genes nigerianos, lo que podría explicarse como resultado del tráfico humano intramericano.
Menor supervivencia en América Latina
Otra peculiaridad importante es la diferencia de proporciones de ADN africano en las poblaciones de EE.UU. y América Latina. Aunque cerca del 70 % de los africanos esclavizados llegaron a los puertos de los antiguos imperios de España y Portugal, los latinoamericanos tienen una proporción de ascendencia africana más baja que los estadounidenses y los habitantes de las islas británicas del Caribe.
"Esos resultados indican que las prácticas y el trato a las personas esclavizadas probablemente varían en las Américas. Por ejemplo, la literatura sugiere una mortalidad general más alta y tamaños de población efectivos más pequeños en poblaciones esclavizadas traídas a América Latina. [...] Además, los pueblos indígenas esclavizados a menudo se mezclaban en América Latina con africanos esclavizados", aseveran los científicos.
Desproporción sexual
En ambos continentes las principales contribuidores en el genoma africano fueron las mujeres. No obstante, su rol varía. Si en las antiguas posesiones británicas se estima que la contribución genética de las mujeres es entre 1,5 y 2 dos veces superior a la de los hombres, en varios países de América Latina esa proporción es de entre 4 y 17 veces más.
"La desproporción sexual de las mujeres africanas en todo el continente americano se puede atribuir a [...] la violación de mujeres africanas esclavizadas por sus dueños y otras formas de explotación sexual. Las diferencias regionales pueden deberse a una mayor mortalidad en los hombres esclavizados en América Latina, así como a una práctica común llamada blanqueamiento [...], que incluía que las mujeres se casaran con hombres de piel clara con la intención de producir hijos de piel clara", opinan los autores del estudio.
"Si bien los registros transatlánticos nos han contado una gran parte de la historia, los datos de este estudio en combinación con otros relatos históricos arrojan luz sobre los detalles del impacto genético del comercio transatlántico de esclavos en las poblaciones actuales de las Américas", concluyen.